Y, sin embargo, el Madrid, su Madrid, está ahí. Mientras el Barça ha ido perdiendo su colchón de puntos, los blancos llevan 11 victorias seguidas. El último partido que perdieron en el campeonato fue el 27 de febrero contra el Atlético. Desde entonces han contado los partidos por victorias (9 goles encajados, 37 marcados). Dice Zidane que el equipo llega bien físicamente a este tramo final y decisivo de temporada. Tiene a toda la plantilla disponible, salvo a Lucas Vázquez.
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“No dependemos de nosotros, pero tenemos fe, claro que tenemos fe, por qué no creer. Hemos ganado 11 partidos, estamos a un punto y vamos a creer hasta el último segundo de partido”, explicó el técnico francés que, sin embargo, no quiso atreverse con un pronóstico. La Champions, dice, está al 50-50. ¿La Liga? “Eso no lo voy a decir”. Sí dijo que se enterará de lo que pase entre el Granada-Barcelona sólo al final del partido. Que no piensa preguntar antes.
Zidane soñaba con estar donde está (peleando por la Liga y en la final de Champions), pero nadie hace cuatro meses apostaba por ello. Ni los propios jugadores, que el día después de eliminar al City y clasificarse para la final reflexionaban sobre cómo estaba el equipo cuatro meses antes. “Hemos sabido unirnos para superar los momentos malos”, decía Sergio Ramos. “Hemos tenido una temporada difícil y nos hemos plantado aquí”, comentaba Carvajal que negaba que lo de Zidane fuese fortuna. “¿Estrella? No. El éxito se consigue a base de trabajo y Zidane lo está haciendo así”.
Con el trabajo dice que se queda el técnico francés. Un trabajo que ha consistido, básicamente, en reanimar una plantilla que se había vuelto apática con Benítez. Los mismos jugadores reconocieron lo evidente: la falta de feeling con el técnico español. Algo que sí ha conseguido Zidane desde el principio. Por su pasado de futbolista, por la cercanía que tuvo con la plantilla cuando era el ayudante de Ancelotti, pero también porque fue capaz de repartir guiños a sus jugadores públicamente. Para él Cristiano Ronaldo era el mejor del mundo y no uno de los mejores. Para él, a James e Isco había que darles mimos y confianza. Otra cosa es que luego no los pusiera a jugar de titulares.
Cuatro meses de aprendizaje
Zidane dice haber vivido estos cuatro meses como un aprendizaje. “He aprendido lo que es jugar [como si los tuviera que jugar él] partidos importantes cada tres días. No era fácil, por la presión, ahora no digo que no la hay, pero la llevo mejor y me siento a gusto”, explicó ayer en Valdebebas. Cuando llegó en enero no hacía más que repetir que el trabajo siempre paga y que los esfuerzos tienen recompensa. Su Madrid no ha ganado nada y él lo sabe y lo repite siempre que puede.
Después de meter al equipo en la final de Champions y de llegar al final de Liga con opciones tal y como estaban las cosas en enero, ¿se ha ganado el derecho a seguir la temporada que viene y empezar desde cero?, le preguntaron a Zidane (que, por cierto, tiene contrato hasta 2018). “No sé si me lo he ganado, lo importante para mí es el trabajo que se ha hecho hasta ahora, el mío y de los jugadores. Ha sido un buen trabajo. Había dudas y las entiendo. No he ganado nada para pensar que puedo seguir, pero estoy contento del día a día”, contestó antes de poner rumbo a Coruña. Su sueño pasa por Riazor. Y por lo que haga el Barça en Granada.
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