COVID-19 y el riesgo de suicidio

  13 Junio 2020    Leído: 810
COVID-19 y el riesgo de suicidio

El distanciamiento social y la crisis económica, entre otros elementos propios de la coyuntura mundial actual, preocupan a los profesionales de la salud mental por las consecuencias psicológicas que pueden tener en las personas. El foco mayor está en el suicidio, y los países latinoamericanos buscan dar respuestas para atender estos asuntos.

La pandemia de COVID-19 ha transformado la cotidianeidad en diversos asuntos. Además de la problemática propiamente sanitaria, la crisis económica y el distanciamiento social son elementos claves de la nueva normalidad de la que tanto se ha hablado. 

A nivel psicológico, uno de los puntos que preocupan particularmente a los profesionales de la salud mental es el suicidio, y varios estudios han apuntado a hacer hincapié en su prevención durante el tiempo en que se mantenga la emergencia sanitaria. 

El estrés económico es uno de los factores que más preocupa a la población, íntimamente vinculado a la estabilidad emocional y, por ende, a la posibilidad del suicidio, según señala un informe de la revista de Psicología Psyciencia. 

Otro factor importante, y de los más citados en la bibliografía científica, es el aislamiento social, que para la mayoría de las personas es un fenómeno nuevo. La reducción o falta de conexiones sociales asiduas son agravantes en circunstancias psicológicamente frágiles, en especial para aquellos que acostumbran a formar parte de comunidades específicas como las religiosas.

Las dificultades para acceder a la salud, las enfermedades o problemas médicos, son elementos de suma relevancia a la hora de considerar un intento de autoeliminación, según Psycienia. En tiempos de saturación de los sistemas médicos y de preocupación por la presencia de un virus posiblemente letal, la atención psicológica cobra un carácter clave.

La sobrecarga informativa sobre el COVID-19 muchas veces genera mayor ansiedad que soluciones. Si bien estar informado al respecto puede entenderse como una responsabilidad ciudadana, hay psicólogos que sostienen que, en exceso, puede resultar contraproducente. 

Por todo esto, varios países de la región han implementado servicios de atención psicológica para todos aquellos que la requieran y, especialmente, orientados a quienes hayan considerado el suicidio.


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