"La jornada laboral de ocho horas se debatió hace más de 100 años y creo que la humanidad ahora puede volver a conversar al respecto. Sobre todo porque por una parte liberaría tiempo de los varones para poder hacer tareas de cuidado o trabajo doméstico no remunerado y facilitaría el ingreso de las mujeres al mercado laboral", explicó Nieves. De acuerdo con la referente, asegurar la inserción femenina al mercado de trabajo formal no solo reduce las brechas de participación laboral y de sueldo, sino que también impacta directamente en la economía de los países.
"El aporte que hacen las mujeres en términos de horas es mucho más amplio que los hombres, llegando a 16 y 18 horas diarias de trabajo. Si se contabiliza eso, el aporte al PBI (Producto Bruto Interno) sería muy alto. En países que han tenido experiencias de contabilizarlo, a través del uso del tiempo, representa en algunos casos un 19% o 18% del PBI. Es el caso de México y de Ecuador", contó Nieves. La directora de género de la Cepal recordó que "una de cada tres mujeres adultas no tiene ingresos propios" en la región. Entre las que lo tienen, "casi el 50% tiene ingresos menores al mínimo".
A su juicio, el dato está relacionado con el hecho de que gran parte del aporte que hacen las mujeres a la economía está en las tareas de cuidado. "Es decir, el trabajo no remunerado que hacen en el interior de sus hogares. No es solo el trabajo doméstico, sino de cuidado de los niños, de los ancianos, de personas con alguna discapacidad o enfermos crónicos", aclaró.
Por otro lado, Nieves desmintió la creencia de que las mujeres cuesten más a las empresas debido a eventuales licencias maternales, lo que justificaría las brechas laborales de género. "En la región la licencia laboral no la pagan las empresas. O la pagan las propias mujeres o la paga el Estado. Y por el nivel de fecundidad los episodios en los que una mujer es madre no son más de dos en toda su vida laboral", explicó. De acuerdo con la directora, estudios demuestran además que las mujeres registran menor ausentismo y mayor productividad, entre otros factores que prueban "que las mujeres no son más caras". "Ese concepto de que las mujeres son más caras también proviene de la idea de que los hijos son responsabilidad de las mujeres", evaluó mientras abogó por la corresponsabilidad de los varones en el asunto.
Sputnik
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