Las inversiones de China en EE.UU. se redujeron al nivel de la recesión de 2009, en una caída que se produjo incluso antes de la pandemia del coronavirus.
Fueron varias las señales que apuntaban a una baja en el intercambio de inversiones entre ambos países. Antes de la emergencia del covid-19, que obligó el cierre de sus economías, ya se proyectaban bajas como producto de las tensiones entre Washington y Pekín, manifestadas en las barreras y aranceles de Estados Unidos y las restricciones del gobierno chino a las inversiones extranjeras. Cabe recordar que el presidente Donald Trump impuso aranceles a productos chinos por un valor de alrededor de 360.000 millones de dólares.
Según la actualización de este año del informe 'Calle de dos vías: Tendencias de inversión entre Estados Unidos y China', publicado por el Comité Nacional de Relaciones entre EE.UU. y China y la consultora Rhodium Group, la inversión directa del gigante asiático en EE.UU. cayó de 5.400 millones de dólares en 2018 a 5.000 millones en 2019, el nivel más bajo desde la recesión de 2009. Las inversiones directas incluyen fusiones, adquisiciones e inversiones en bienes como oficinas y fábricas, pero no otras de tipo financiero, como la compra de acciones o bonos.
El reporte destaca que la inversión bidireccional entre Estados Unidos y China cayó a su mínimo en siete años.
El escenario parece no ser alentador para la economía estadounidense. Según el informe, entre enero y marzo de 2020, cuando el país asiático se vio obligado a cerrar sus fronteras como producto de la emergencia global, la inversión directa china en EE.UU. registró una fuerte caída, llegando sólo a los 200 millones.
Respecto a la participación del país norteamericano en China, en 2019 las empresas estadounidenses invirtieron 14.000 millones, ligeramente por encima de los 13.000 millones de 2018. Ese limitado aumento en la inversión total respondió principalmente a la fuerte inversión en la construcción de proyectos que se iniciaron a principios de 2019 o en años anteriores (8.300 millones). Por ejemplo, la construcción de plantas más grandes que se dio en 2019 en el sector automotriz: la 'Gigafactory' de Tesla en Shanghai, que comenzó a principios de 2019, y su producción en el cuarto trimestre. A esto se sumaron proyectos similares el mismo año, como en el área del entretenimiento (Universal Studios) o de materiales básicos (ExxonMobil) y sectores de productos y servicios de consumo (Costco).
El pasado mes de enero, ambas economías llegaron a un acuerdo comercial con el objetivo de aliviar la tensión. Sin embargo, el pacto se vio rápidamente superado por la pandemia.
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