El prodigioso campo petrolero de Cantarell en las agua someras del Golfo de México, de fácil extracción y bajo costo, llegó a producir récords de más de 2 millones de barriles diarios, cuando México alcanzó su pico de producción histórica con 3,4 millones de barriles al día en el año 2004, para comenzar un declive sostenido, hasta ahora indetenible.
Sin embargo, las exportaciones de crudo para el mes del septiembre de 2016 subieron a 1,42 millones de barriles de diarios (b/d) frente a 1,17 millones en promedio en todo 2015, mientras crecen las importaciones de gasolinas a más de la mitad del consumo total del país latinoamericano. Las exportaciones de petróleo de Pemex subieron así un 22% en septiembre de este año, en comparación con el mismo periodo del 2015, un cambio en la caída sostenida de las ventas de crudo, sobre todo a EEUU, como resultado de la baja en el precio del barril internacional y de la mezcla mexicana de crudos. Producción de gas también cae La producción de gas también cayó 13% al pasar de 6.477 millones de pies cúbicos diarios en promedio en 2015 a 5.619 millones.
La industria petrolera de México que llegó a aportar casi 40% del presupuesto del gobierno federal durante una década, hasta hace tres años, en 2017 disminuirá su contribución a solo 16%, según proyecciones oficiales del gobierno.
La caída sostenida de su producción es una de las razones esgrimidas por el gobierno mexicano para no sumarse las negociaciones de los países productores que buscan estabilizar los precios con recortes a la producción mundial, para contrarrestar la sobreoferta en los suministros del energético. El recorte al gasto público de 20% al presupuesto del gobierno mexicano en 2017, se eleva a un total de 13.100 millones de dólares; y una de las principales causas es la reducción de la producción petrolera —no solo los bajos precios internacionales del crudo—, proyectada abajo de los 2,0 millones de barriles diarios, por primera vez desde 1980.
La producción mexicana petrolera caerá a 1,9 millones de b/d, la cifra de extracción de hidrocarburos más baja en 37 años, frente al 2,13 millones de toneles diarios en promedio, reportados en el primer semestre de 2016. El precio estimado de la mezcla mexicana de petróleo para 2017 —con predominio de crudos pesados— es de 42 dólares por barril, mientras en realidad ha sido de 36 dólares en este año. Las ventas mexicanas de crudo también seguirán bajando a solo 775.000 diarios en 2017, una de las más bajas plataformas de exportación de su historia. En tanto, los despidos de trabajadores petroleros siguen en marcha: el presupuesto enviado al Congreso indica que en 2016 Pemex tendrá un recorte de casi 9.000 puestos de trabajo en la petrolera estatal (8.997 plazas)
En 2014 Pemex contaba con unos 153.000 trabajadores, cuando se promulgó la Reforma Energética, mientras tanto, el presupuesto indica que en este año el número de trabajadores va a cerrar en 125.600; y las plazas de petroleros bajarán a 116.600 en 2017. Pemex reportó pérdidas por más de 40.000 millones de dólares en 2015, y cargará de nuevo en 2017 con un 40% del recorte total al gasto público con alrededor de 100.000 millones de pesos (unos 5.600 millones de dólares). La industria petrolera del que fue el décimo productor mundial de crudo, ya es solo 6% de las exportaciones totales, en las que predomina las manufacturas, y la tendencia es a la baja.
Sputnik
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