El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, está dispuesto a estudiar la creación de un fondo europeo para cubrir los gastos del coronavirus en los países más afectados, como España e Italia. Países Bajos haría una “contribución sustancial” a este fondo, que sería “una donación, no un préstamo”. Rutte lamentó el mensaje de dureza de su ministro de Finanzas, que el primer ministro portugués, António Costa, tildó de “repugnante”. “Los dos pensamos que no hemos usado el tono adecuado. No hay dudas de que Países Bajos se solidariza con los más golpeados por la pandemia”, dijo.
Pese a esta nueva imagen de moderación, Rutte, líder de los liberales de derechas, sigue rechazando la creación de eurobonos para paliar la sangría económica derivada de la pandemia. El Gobierno holandés ve en los eurobonos un apoyo económico improcedente. Fuentes diplomáticas estiman que este nuevo fondo tendría de 10.000 a 20.000 millones, de los que Holanda aportaría de 600 a 1.200. Esta es una cantidad a mucha distancia de lo que se podría movilizar con una emisión de deuda mutualizada europea, y muy lejos de las necesidades que la pandemia va a generar en los países del Sur.
Rutte quiere ponerse manos a la obra ya mismo y propone hablar el jueves con los jefes de Gobierno de España, Pedro Sánchez, e Italia, Giuseppe Conte. Antes, sin embargo, deberá limar asperezas con estos Gobiernos, furiosos después de que el ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, sugiriera que habría que investigar el mal estado de las finanzas públicas de los dos países antes de hablar de ayudas. Para despejar cualquier duda, ha pedido al presidente de Consejo Europeo, Charles Michel, que llame por teléfono a Sánchez y Conte “para aclarar el ambiente y limar aristas”, y facilitar así las negociaciones.
La ventaja de una donación es evidente: los países receptores no tendrían que devolverla. Los eurobonos, por el contrario, “entorpecerían el equilibrio entre el euro”, la moneda común y las políticas fiscales de cada uno de los socios de la UE, según Rutte. La buena voluntad mostrada ahora por el neerlandés no evita que mantenga que “mientras la idea de los eurobonos siga sobre la mesa, entorpecerá la posibilidad de pensar sobre cualquier otra solución”, según dijo el miércoles en el Parlamento.
El primer ministro ha repudiado el tono y la imagen dada por su Gobierno, pero añade que su postura contraria a los eurobonos solo trata de evitar que los países que piden ahora ayuda financiera de emergencia vuelvan a hacerlo si hubiera una nueva crisis. “Sobre ese punto, debemos tener una conversación lúcida”, indicó. Según el diario económico Het Fiancieerle Dagblad, el Gobierno holandés sí estaría dispuesto a flexibilizar los términos de acceso al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo de rescate europeo.
La propuesta holandesa llega el mismo día en que el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha lanzado la idea de un fondo común de la UE que tenga la posibilidad de endeudarse para prestar a los países más afectados por el coronavirus, pero con una duración limitada en el tiempo de unos cinco o diez años. “La posibilidad de tener deuda común pero solo dentro de ese fondo, que podría ser más aceptable para otros países, podría ser la solución”, dijo Le Maire al Financial Times.
La propuesta buscaría suavizar las reticencias de Alemania y Holanda ante ideas como emitir deuda mutualizada, algo que consideran inaceptable. Estas iniciativas se enmarcan en los trabajos del Eurogrupo, que tiene hasta el 9 de abril para proponer nuevas medidas ante la crisis generada por la pandemia después de que los jefes de Estado y de Gobierno no lograsen un acuerdo en su cumbre del pasado jueves.
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