Los contagios se han ralentizado en Italia por tercer día consecutivo, pero ha vuelto a crecer la mortalidad por coronavirus después de dos jornadas de bajada. En las últimas 24 horas han fallecido 743 personas, hasta las 6.820 defunciones. El total de casos asciende a 69.176 y del lunes al martes se han contagiado 3.612 personas. Otras 8.326 han superado la enfermedad, casi 900 en el último día.
En Lombardía, la región más afectada, han vuelto a crecer tanto los nuevos contagiados, 1.942 en un día, por lo que el total de casos allí es de 19.868, como los fallecidos por coronavirus, que ascienden a 4.178, de los que 402 murieron en el último día. “No tiene sentido interpretar los casos día por día, sino que hay que escuchar a quien está en las trincheras, en los hospitales”, ha dicho Giulio Gallera el asesor regional de Sanidad. Desde allí llega el dato esperanzador: del lunes al martes solo 11 pacientes han necesitado ser ingresados en la UCI. En total en la región, con los hospitales al borde del colapso, hay 9.711 contagiados hospitalizados y 1.194 en terapia intensiva.
Esta semana se cumplen 15 días de confinamiento por lo que las cifras de estas jornadas serán fundamentales para entender si las medidas de contención están funcionando o no. Aunque en general los contagios están cayendo ligeramente día tras día, aún es pronto para cantar victoria y poder hablar de un cambio de tendencia, es el momento de intensificar los esfuerzos para contener el virus, insisten los expertos. El primer ministro, Giuseppe Conte anunció el martes un nuevo endurecimiento de las restricciones. A partir de ahora, quien incumpla con las prohibiciones desplazamiento —solo se puede salir de casa por motivos de trabajo, de salud o de urgencia— se enfrentará a multas de 400 a 3.000 euros. Si el infractor va a bordo de un vehículo, las sanciones se incrementarán un tercio. Hasta el momento las multas para quien se saltara las limitaciones de movimiento eran de un máximo de 200 euros. Se seguirán contemplando penas de prisión para los casos más graves, de hasta tres meses.
Para los negocios que no respeten la orden de cierre se prevé también la clausura forzada de la actividad. Según las actuales normas en vigor, solo pueden abrir las tiendas de alimentación, las farmacias y parafarmacias, los quioscos, los estancos y las gasolineras. Aunque se endurecen las limitaciones, Conte ha dicho en una rueda de prensa, esta vez con preguntas de los medios a través de videoconferencia, que está “satisfecho y orgulloso” de la reacción de los italianos. “En general están respetando las indicaciones y las prescripciones que hemos dado”, ha señalado. Y ha añadido: “Cada uno debe cumplir su parte, si todos respetamos las normas, saldremos antes de esta emergencia”.
El Gobierno también otorgará mayores competencias a las regiones para que puedan aumentar aún más las restricciones que rigen en todo el país, si el “riesgo sanitario” lo justifica. Podrán introducir nuevas medidas o suspender la aplicación de alguna en vigor si la situación lo requiere. En los últimos días, ante el empeoramiento de la situación, regiones como Lombardía, Véneto o Piamonte habían decidido actuar por su cuenta sin esperar al beneplácito al Gobierno central, lo que ha aumentado a incrementar la sensación de caos normativo y confusión entre los ciudadanos.
Véneto y Friuli Venezia Giulia ordenaron el cierre de los supermercados los domingos. Lombardía, la más castigada por la pandemia, ha sido la que más lejos ha llegado, y el fin de semana decretó la prohibición de practicar cualquier deporte al aire libre, ni siquiera en solitario y el cese las actividades artesanales y las del sector de la construcción, entre otras cosas.
“Reconocemos a las regiones la posibilidad de adoptar, si se da el caso por el agravamiento de la situación, medidas adicionales, pero tendrán que darse las condiciones necesarias”, ha precisado Conte. Hasta ahora, la presión de las autoridades regionales y locales al Gobierno central para apretar las restricciones ha sido constante y Roma ha ido cediendo paulatinamente a gran parte de las demandas regionales.
Además, a partir de ahora, el primer ministro o un representante del Gobierno comparecerá ante el Parlamento, de forma telemática previsiblemente, para referir la situación o anunciar nuevas eventuales medidas. El presidente de la República, Sergio Mattarella, pidió el martes a los ciudadanos para superar esta crisis “la misma unidad” que en los años de la posguerra después de la II Guerra Mundial y que permitieron “el renacimiento moral, civil, económico y social” del país.
En una entrevista con el diario La Repubblica, el jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, señaló este martes que la cantidad real de contagiados podría ser diez veces mayor que los datos oficiales, por lo que, con las cifras actuales, se alcanzarían los 600.000 casos. “Por cada contagiado certificado hay diez no censados”, ha admitido Borrelli, que es la persona que cada día comunica en rueda de prensa los datos. Del mismo parecer son otros científicos, como el director de la Unidad de Microbiología y Virología de Padua (Véneto), Andrea Crisanti, que dirige la campaña de pruebas masivas que está implementando la región. “En Italia falta contabilizar al menos 250.000 asintomáticos, la mayor parte concentrados en Lombardía, y otros 200.000 con síntomas”, ha apuntado en una entrevista en el diario local Il Gazzettino.
Borrelli puntualizó en la rueda de prensa diaria que “hay quien deduce que hay más contagiados y quien deduce menos, es un discurso empírico, en mi caso basado en el hecho de que, por ejemplo, entre mis colaboradores hay tres positivos que son absolutamente asintomáticos”.
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