A continuación nos fijamos en las regiones que sufren los peores brotes: Madrid y Cataluña, que concentran el 70% de todas las muertes de España; Lombardía y Emilia Romagna en Italia (77% de las muertes); Nueva York y Washington en Estados Unidos (más del 50% de las muertes).
Los datos de casos y muertes indican que todos los brotes están en fase creciente. El gráfico anterior, en escala logarítmica, muestra cuándo ese crecimiento es exponencial: las cifras aumentarán siguiendo una línea recta. Y la pendiente de esa recta, su ángulo, nos dirá con qué frecuencia se duplican los casos y los muertos (cada dos, tres o cuatro días). La clave para interpretar esta información es fijarse en las pendientes (y no tanto en la posición concreta, que depende en parte de dónde fijemos el inicio del brote).
Además, usamos dos indicadores para analizar la tendencia de cada región. El primero es el tiempo de duplicación (td), que mide cada cuántos días se está duplicando el número de casos confirmados y el de muertes. Cuanto mayor, más tarda la enfermedad en propagarse. El segundo, es el número reproductivo efectivo, que es una estimación del número de contagios que provoca de medio cada enfermo. En condiciones normales ese número se ha estimado en 2 o 3 para el coronavirus (para la gripe en invierno ronda el 1,3), pero tenderá a ser inferior cuando se toman medidas de confinamiento y distancia social, porque se reduce el contacto entre personas. Para que un brote epidémico remita, ese número debe hacerse inferior a uno.
Madrid y Cataluña: a la espera. Madrid detectó sus primeros casos de coronavirus a finales de febrero. En las dos primeras semanas se detectaron 782 positivos, que se multiplicaron por seis en la siguiente hasta 4.871. En los últimos siete días, se han multiplicado casi por tres hasta los 12.500 casos actuales. Los muertos tardaron algún día más en llegar, pero el 15 de marzo casi se triplicaron en un día (de 86 a 213). En Cataluña se superaron los 100 confirmados cuatro días después que en Madrid, pero en última semana los casos se han multiplicado casi por seis.
Ahora las dos regiones han reducido el ritmo de casos confirmados, que es algo previsto porque al principio la enfermedad crece, en parte, al ritmo de las pruebas. Todavía es pronto para decir si sus curvas han dejado de ser una recta para aplanarse paulatinamente. La buena señal es que el tiempo de duplicación ha crecido, aunque sigue siendo de entre 3 y 5 días, similar al del brote del crucero Diamond Princess, que se estimó en 4,6. El número reproductivo da señales de mejoría, pero sigue lejos de uno, que es el umbral de contención, y hasta ahora desciende muy poco a poco.
En Italia mejora el principal foco. Italia fue el primer país en el que un brote se expandió de forma comunitaria fuera de Asia. Durante semanas los números de casos y fallecimientos han aumentado de forma exponencial hasta convertirse en el país con más fallecidos, casi 7.000 y superar los 69.000 casos confirmados. Dos regiones han sufrido allí con mayor intensidad este brote: Lombardía y Emilia Romagna.
Lombardia sí parece que empieza a doblar su curva. Allí los casos han pasado de duplicarse cada dos días a hacerlo cada siete. Pero el número reproductivo sigue todavía lejos del uno (1.6), que marca el objetivo necesario para suprimir el brote. En Emilia Romagna, el otro gran foco, los casos crecen todavía muy deprisa y el tiempo de duplicación está estabilizado en cinco días. Su tasa reproductiva de 1.7 también es aun alta. Es probable que las medidas para hacer más y mejores test (a los conductores de coches en Bolonia; casa por casa en Piacenza) contribuyen a que los casos detectados sigan subiendo, aunque quizás la enfermedad está en retroceso. Este tipo de situaciones explican por qué es importante fijarse también en cifras de fallecidos, que sigue el ritmo de la enfermedad sin depender de cuántos test se están haciendo.
Máxima alerta en Nueva York. Es la región con la tendencia más preocupante: los casos se están doblando cada dos días y superan ya los 25.000. En parte, esto puede deberse a que en Estados Unidos se han empezado a detectar casos más tarde, y que solo ahora se están haciendo pruebas de forma masiva: esto puede multiplicar los casos detectados muy deprisa y exagerar el ritmo de los contagios. Pero las cifras de muertes son igualmente preocupantes: desde hace una semana se duplican cada dos días o menos.
Peor que Lombardía en su peor momento y tan mal como Madrid en los primeros días, con la diferencia de que en Nueva York el brote está ya en su segunda semana. Esta situación también se refleja en el número reproductivo del virus en Nueva York que es ahora de 2.7, muy lejos de 1.
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