Sin ser alarmista, el primer ministro griego Kiriakos Mitsotakis ha anunciado esta tarde que se prohíbe la circulación de personas en Grecia salvo casos concretos: ir y volver al trabajo (si aún lo tienen, porque muchísimas empresas han cerrado completamente), ir a la compra de alimentación o a la farmacia, al médico, a ayudar a una persona concreta que lo necesita o regresar a su lugar de domicilio permanente. Quienes circulan deberán tener un documento de identidad o pasaporte, así como una declaración o bien de su empresa en el caso de ser empleados o bien propia en el caso de ser autónomos, indicando su lugar de trabajo. La policía será la encargada de controlar a quienes circulen y la multa para quienes lo hagan sin este documento o por otra razón no permitida será de 150 euros. Se permitirá tambien la circulación a los miembros del gobierno, diputados, funcionarios, fuerzas del orden, militares y otras autoridades en el ejercicio de sus obligaciones.
Mitostakis resaltó que «el quedarse en casa es esencialmente la demostración mas profunda de nuestro deber colectivo» y que «todos juntos, aunque tengamos que estar separados, conseguiremos superar esta crisis». Aclaró que «no dejaré que algunas personas irresponsables pongan en peligro la vida de otros».
Horas antes había despegado esta mañana del aeropuerto de Atenas el avión de la compañía Aegean que iba a recoger a griegos desde el aeropuerto de Barcelona, en el que se encontraban 48 españoles, mientras que ayer sábado fueron 42 personas (entre ellos 3 colombianos y una mexicana en tránsito a sus países respectivos) las que viajaron a Madrid en un vuelo similar. Ambos vuelos habían sido organizados por las autoridades griegas, pero al ir vacíos a España la compañía Aegean ofreció a la Embajada de España repatriar a españoles. Gracias a los esfuerzos de toda la representación diplomática, encabezada por el embajador en Grecia Enrique Viguera, se consiguió en pocas horas avisar a los españoles no residentes que deseaban regresar a casa.
abc
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