El perro, de 17 años, pertenecía a una paciente que también superó el COVID-19, y permaneció bajo cuarentena obligatoria en una instalación gubernamental del 26 de febrero al 14 de marzo y regresó a su casa tras haber dado negativo en varias pruebas.
"El departamento supo de la dueña de que el perro había fallecido el 16 de marzo. La dueña dijo que no estaba dispuesta a [permitir] una autopsia para examinar la causa de la muerte", dijo un portavoz del AFCD
Durante la cuarentena se le tomaron al perro al menos cinco muestras nasales y orales que dieron "positivos débiles", hasta varias pruebas más confirmaron que el virus estaba indetectable.
Expertos del departamento opinaron anteriormente que una persona infectada habría transmitido el coronavirus al perro. No hay ninguna evidencia hasta ahora de que las mascotas puedan ser una fuente de infección del COVID-19 o contraer esa enfermedad.
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