Una niña de seis años ha muerto la mañana de este lunes en un incendio dentro del campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos. En el fuego han ardido varias tiendas de campaña y dos contenedores habitados, informaron los bomberos a Reuters, sin que se sepan todavía las causas que lo han originado.
En imágenes grabadas por testigos y fotografías enviadas por una cooperante, se ve una gran nube de humo negro salir del interior del campo, el mayor de Europa, en el que viven hacinadas y sin higiene unas 20.000 personas. Las condiciones de vida allí son extremas, no hay luz, la comida que se reparte es escasa y hay que hacer colas de horas para lograr las raciones. En algunas zonas se hacen hogueras en hoyos en la tierra para poder cocer pan. Familias enteras tienen que dormir entre los olivos, en tiendas de campaña improvisadas con palés y cubiertas de lonas, que se llenan de agua cuando llueve. Es un lugar inseguro, con peleas nocturnas y robos. Los niños no pueden ir a la escuela, y juegan entre los charcos en un ambiente insalubre. Apenas hay duchas y son todas de agua fría. En algunas zonas, hay una letrina por cada 200 personas y un grifo para cada 1.300, según cálculos de Médicos Sin Fronteras (MSF), que tiene una clínica pediátrica enfrente del campo y está dando atención médica y psicológica a los afectados por el incendio.
Las condiciones de hacinamiento y miseria del campo han ocasionado fuegos en el pasado, como uno en septiembre, en el que murió una mujer. En diciembre, en un campo próximo, el de Kara Tepe, otra mujer falleció en un incendio. “Las autoridades europeas y griegas que siguen conteniendo a las personas en condiciones inhumanas tienen una responsabilidad en la repetición de estos incidentes dramáticos”, dice Marco Sandrone, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Lesbos.
Miles de personas están sometidas a condiciones de vida terribles mientras se tramitan sus solicitudes de asilo, un proceso que puede durar meses y, hasta hace poco, años. Las autoridades griegas se comprometieron a trasladarlas a otros campos en el continente para descongestionar Lesbos y otras cuatro islas del Egeo, pero eso apenas ocurre. El Gobierno griego sigue aplicando, además, la suspensión del derecho a pedir asilo que decidió para quienes llegaran a partir del 1 de marzo, en una controvertida medida que va contra el derecho internacional. Es el caso de las 450 personas que arribaron a Lesbos en esa fecha y el sábado, a bordo de un barco militar, fueron conducidas a un centro desde el que ser deportados. Atenas lo hace en respuesta al anuncio de Turquía de que dejaba de controlar su frontera hacia Grecia, algo que elevó la tensión en la frontera terrestre y sobre la isla de Lesbos, frente a la costa turca y principal punto de llegada a Europa por mar.
El incendio de este lunes se produce diez días después de que ardiera, sin causar heridos, un centro de día para refugiados que albergaba un patio infantil con actividades, en un lugar cercano a Moria. Ese fuego, que destruyó las instalaciones de la ONG One Happy Family, ocurrió días después de una serie de ataques a refugiados, miembros de ONG y periodistas por parte de grupos de isleños entre los que había militantes de extrema derecha.
elpais
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