Así, el medicamento ya ha sido administrado al primer sujeto experimental en el marco de las pruebas en humanos que se realizan para determinar la efectividad de la nueva vacuna. Sin embargo, incluso en el caso de que resulte ser efectiva, harían falta otros 12 o 18 meses para realizar pruebas adicionales para probar que funciona y no acarrea peligro alguno, informaron las autoridades médicas de EEUU el 16 de marzo.

La vacuna lleva el nombre de mRNA-1273 y ha sido desarrollada por los científicos de los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU (NIH, por sus siglas en inglés) en colaboración con la compañía biotecnológica Moderna. Esta primera prueba tendrá una duración de unas seis semanas y en ella participarán 45 voluntarios adultos con las edades comprendidas entre los 18 y 55 años, informa la NIH.

Según explicó Anthony Fauci, el director de enfermedades infecciosas de NIH, este estudio ha sido organizado en tiempo récord porque es una cuestión de máxima prioridad. A lo largo de este estudio se pondrán a prueba distintas dosis con los sujetos experimentales bajo control médico.

Las células del SARS-COV-2, el coronavirus responsable de la enfermedad COVID-19, lucen como una bola con picos, que le dan una peculiar apariencia similar a una corona, razón por la cual esta clase de virus es conocida como coronavirus. Con estos picos, el virus se agarra a las células humanas, dándole al virus acceso al cuerpo.

Por su parte, la nueva vacuna porta la información genética de estos picos, en particular, de su ARN mensajero. Esta vacuna introduce dicho ARN mensajero en el cuerpo de los humanos, donde crece y forma una respuesta inmune sin que se infecte de verdad al vacunado.

Los científicos de todo el mundo comenzaron la carrera contra el tiempo y contra el coronavirus, que ya se ha llevado las vidas de más de 7.000 personas y ha afectado gravemente el estado de salud de hasta un 30% de los que se recuperaron de la enfermedad.

Sputnik

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