La crisis del coronavirus está desencadenando un parón económico de consecuencias imprevisibles. La profundidad de la herida dependerá de la duración de la pandemia y las medidas que se adopten para mitigar las pérdidas derivadas del estado de alarma y la caída de actividad. Los expertos reclaman al Gobierno medidas urgentes para evitar el colapso económico e impedir una ola de despidos masivos. La mayoría de economistas coincide en que el Ejecutivo tiene que garantizar la liquidez en el sistema, mediante programas de garantías, avales o créditos condicionados, para que las empresas viables puedan superar este trimestre. También reclaman un paquete laboral para asegurar puestos de trabajo y minimizar el golpe sobre el empleo.
Expertos, economistas, patronal y sindicatos han logrado ponerse de acuerdo por una vez para reclamar de forma casi unánime al Gobierno que adopte medidas de forma inmediata para paliar la crisis del coronavirus. La situación casi distópica provocada por la Covid-19 amenaza con golpear la economía española con la fuerza de un Godzilla. Por lo pronto, la declaración del Estado de alarma paralizará el país durante al menos 15 días. Sectores como el transporte o el turismo llevaban dos semanas tratando de taponar las vías de agua y ahora solo luchan por mantener el bote a flote. “Sufriremos dificultades transitorias como consecuencia de la emergencia económica derivada del coronavirus”, reconoció Pedro Sánchez, el pasado sábado, tras aprobar el decreto que aísla el país por la pandemia.
El Gobierno, no obstante, aplazó las medidas económicas hasta este martes. Los mercados están calientes y los inversores buscan una presa a la que hincarle el diente. El pánico inunda las Bolsas y las grandes cotizadas valen ya más en libros que en los Excel de los inversores. En estas circunstancias, los expertos reclaman al Gobierno medidas inmediatas y que lidere una acción coordinada en Europa.
Cerca de un millón de personas se puede ir al paro en las próximas semanas si no se adoptan medidas urgentes. “Es verdad que lo primero es abordar la emergencia sanitaria, pero no hay que olvidar la economía. Las salidas de ambas crisis están correlacionadas”, sostiene José Juan Ruiz, ex economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Reclama decisiones drásticas y medidas para mutualizar los costes económicos. “Es una crisis global. La desaceleración se está produciendo de forma sincronizada en todo el mundo. Este tipo de crisis duran más y son más profundas”, advierte. “Se requiere una acción coordinada a nivel global”, reflexiona.
En este nuevo contexto recesivo, España llega sin los deberes hechos. En los últimos años, las administraciones han pecado de complacencia y al inicio de esta crisis aún presentan un cuadro clínico preocupante: la deuda pública roza el 100% del PIB, el déficit apenas baja del 3% y el desempleo se resiste a bajar del 14%. Los tres indicadores están condenados a aumentar en los próximos trimestres. “España apenas tiene margen fiscal, pero hay que tomar decisiones, y existen alternativas”, apunta Emilio Ontiveros, presidente de AFI.
Los expertos y economistas consultados coinciden en que el Ejecutivo debe tomar medidas rápidas y urgentes y lanzar un mensaje nítido a los inversores de que va en serio. La receta que prescriben se resume en tres o cuatro principios activos: aumentar el gasto sanitario hasta donde sea necesario para combatir la pandemia, arbitrar medidas de liquidez para garantizar que las empresas (grandes y pequeñas) puedan superar los meses de incertidumbre y reclamar a las instituciones europeas un plan coordinado de inversiones para relanzar la demanda interna. También proponen un salvavidas para pymes y autónomos en forma de ayudas fiscales y flexibilidad laboral que endulcen el trago amargo y mitiguen los despidos.
Avales del Estado
Luego están los matices. Algunos plantean un fuerte plan de estímulo fiscal para ayudar a familias y empresas, con inversiones y ayudas directas a los más afectados. Pero España se ha quedado sin colchón. Los expertos creen que hay que lanzar un instrumento que impida que se cierre el grifo de liquidez, como ocurrió en 2008 cuando miles de empresas sanas acabaron sucumbiendo al no poder pagar sus facturas. “Hace falta garantizar la liquidez”, insiste Ontiveros. “En España hay cerca de 3,3 millones de empresas y más del 90% son de empresarios únicos”. Por eso, defiende, hay que blindar el tejido productivo con garantías o avales al estilo de lo que ha hecho Alemania. “Por primera vez en la historia habría que seguir sus pasos”, señala Ontiveros. Angela Merkel aprobó el jueves un programa de garantías sustentado por la banca pública para permitir un acceso ilimitado a la liquidez. "No hay restricciones. Los alemanes han dicho que no hay límites", sostiene Ontiveros. José Juan Ruiz también defiende un “programa de avales y garantías que asegure que no haya despidos”.
El economista José Carlos Díez aplaude el ambicioso plan de Alemania, pero recuerda que España no tiene tanto margen. “Hay que defender la propuesta de la Comisión Europea de una emisión conjunta de eurobonos que nos permita repartir el riesgo”, señala. Este profesor de la Universidad de Alcalá reconoce: “Hay que hacer un plan de estímulo fiscal sí o sí, pero si lo hacen los Estados por sí solos pueden reventar”. Por eso, plantea suavizar la regla de gasto para que los Ayuntamientos puedan gastar más. La Ley de Estabilidad actúa como un corsé e impide a las administraciones gastar más de lo que crece la economía. Gracias a esto, los Ayuntamientos acumulan cerca de 50.000 millones de euros en los bancos sin poder gastar. “Se les debe permitir invertir en planes de transición ecológica, autoconsumo, placas solares...”, dice Díez.
Ontiveros concede que España tiene poco margen fiscal para lanzar planes en solitario. Por eso, propone relanzar el papel del Banco Europeo de Inversiones (BEI). “Deben ser inversiones en tecnología, digitalización, energías alternativas, el mensaje es clave”.
Mientras los expertos reflexionan, Sánchez se ha dado más tiempo para actuar. Este lunes veremos si los mercados conceden una tregua y si las empresas esperan antes de iniciar la ola de despidos masivos.
elpais
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