La oposición venezolana agrupada en torno a Juan Guaidó salió este martes de nuevo a la calle para tratar de aumentar la presión contra el Gobierno de Nicolás Maduro y exigir unas elecciones presidenciales transparentes. Con una concentración considerable, pero más pequeña que en ocasiones anteriores, los críticos con el chavismo se agruparon en una marcha después de varios meses en respuesta al llamamiento del presidente de la Asamblea Nacional a aprobar el denominado “Pliego Nacional de Conflicto”, una plataforma de agitación política que pretende canalizar las estrategias de la oposición contra el régimen chavista.
La plana mayor de la dirigencia opositora y muchos líderes gremiales y sociales hicieron acto de presencia en la marcha. La movilización también se extendió a las ciudades de Valencia, Barquisimeto, Maracaibo, Acarigua, Maracay, Barcelona, Punto Fijo, Porlamar y Mérida. Como viene siendo habitual, para responder al llamamiento de Guaidó, la dirigencia chavista convocó a una manifestación paralela, y sus simpatizantes tomaron el centro de Caracas sin problemas para protestar contra el imperialismo norteamericano y la “injerencia extranjera”.
Las expectativas de los venezolanos ante este nuevo llamado de Guaidó eran pocas. Sin embargo, de repente, el ambiente se enrareció y la tensión fue en aumento debido a la militarización de las calles. En la mañana del martes, la ciudad amaneció semivacía, muchos negocios no abrieron sus puertas y muchas personas no mandaron a sus hijos al colegio. Buena parte de las estaciones del Metro de Caracas cerraron sus puertas. Las entradas de la ciudad, y varios puntos neurálgicos urbanos del país, estaban tomados por efectivos militares con armamento grueso, presentes todavía luego de haber iniciado el ejercicio Escudo Bolivariano 2020, unas maniobras militares que el Gobierno de Maduro ha organizado este año.
La protesta convocada en la capital tenía previsto llegar al Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional, en el centro de Caracas. Pero un gran contingente de efectivos de la Policía Nacional Bolivariana estaba esperando a los manifestantes unas manzanas más adelante, en Chacaíto, zona que marca el fin del este de la ciudad, para impedirles el paso.
La concentración opositora aumentó en ira y tamaño muy rápidamente. Los manifestantes exaltados encararon a los policías mientas gritaban consignas e insultos en contra de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros jerarcas chavistas. Los funcionarios terminaron de arremeter en contra de los presentes, y se registró otra desigual batalla campal entre los cuerpos de seguridad chavista y los manifestantes, sin que en esta ocasión se hayan registrado víctimas.
En medio de la arremetida de motos y el caos, los organizadores del acto, megáfono en mano, pidieron a los presentes desviar la manifestación a la plaza Alfredo Sadel, ubicada en la zona de Las Mercedes. Ahí desembocó la concentración de personas y tuvo lugar una nueva sesión de la Asamblea Nacional, que presidió el propio Guaidó, con el objetivo de formalizar la aprobación del Pliego de Conflicto.
“Tenemos muy claro el despliegue de francotiradores, de militarización, que tienen en el centro de Caracas. Venezuela está cumpliendo sus objetivos: visibilizamos la lucha, unimos un pliego de conflicto y desnudamos a la dictadura. Somos mayoría”, declaró Guaidó poco después.
El Pliego Nacional de Conflicto, anunciado por Guaidó después de su gira por Europa y Estados Unidos, supone la forja de un esfuerzo especial por alinear los objetivos políticos sobre el regreso de la democracia, con la lucha por las mejoras sociales en un momento en el que el país vive la peor crisis social y económica de su historia reciente. La manifestación de este martes fue planificada durante varias semanas en medio de un contexto de apatía y cansancio por el crónico estancamiento de la crisis nacional. Entre sus organizadores había sorpresa y agrado por la respuesta a la convocatoria, que se concretó en el último momento. El llamamiento a protestar y el diseño del pliego se gestaron con el concurso del lastimado tejido gremial, obrero y estudiantil venezolano, buena parte del cual hizo acto de presencia en las calles.
La Policía apresa a tres diputados opositores
Pocas horas después, las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana —el FAES, temido cuerpo represivo creado por Nicolás Maduro y cuyos procedimientos han sido reprobados por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet— cercó y tomó el hotel The Hotel, donde se estaban quedando diputados opositores provenientes del interior del país para participar en la actividad. En el procedimiento fueron apresados los parlamentarios Renzo Prieto, Ángel Torres y Zandra Castillo. No se argumentaron motivos ni se sabe del paradero de estos legisladores, que se supone tienen inmunidad parlamentaria. Prieto ya había pasado tres años presos bajo cargos de sedición e instigación a la rebelión.
elpais
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