Cristiano Ronaldo ha regresado a Madeira, donde aterrizó en el aeropuerto que lleva su nombre ya en la madrugada de este lunes 9 de marzo. Vuelve para estar de nuevo con su madre, Dolores Aveiro, que continúa ingresada en el Hospital Nélio Mendonça de Funchal.
Fue un domingo intenso para el jugador estrella de la Juventus, pues primeró participó activamente en la victoria frente al Inter e inmediatamente después se dirigió al aeropuerto de Turín para tomar su avión privado.
Es la segunda vez en una semana que viaja a su isla natal para ver a su madre, que sufrió un infarto cerebral. En ambos desplazamientos le acompaña Georgina Rodríguez, aunque en el primero solo se añadía su hijo mayor, Cristianinho, y ahora van los cuatro hermanitos.
Ronaldo tiene ahora varios días libres, pues la Juve no tiene que competir hasta el viernes 13 de marzo, que será cuando se mida a domicilio al Bolonia. Con posterioridad, el martes 17 debe remontar en casa un 1-0 frente al Olympique de Lyon, un compromiso difícil que determinará si continúan o no en la Champions League.
Cristiano Ronaldo llega a Funchal junto a su familia - GTRES
Por eso antes ha querido el delantero escaparse a Funchal para ver con sus propios ojos la evolución positiva de su madre, de 65 años, convertida en la mujer más popular de Portugal y protagonista de diversas campañas publicitarias. Porque los ciudadanos del país vecino la ven como una persona muy cercana que ha luchado desde abajo para sacar adelante su familia.
Doña Dolores ha permanecido en observación en la unidad de cuidados intensivos del centro clínico madeirense desde que salió de la sala de cirugía, pero ahora se encuentra mejor y el equipo médico puede darle el alta esta misma semana.
Ella misma se asomó brevemente a las redes sociales para dar las gracias por la avalancha de mensajes de solidaridad que ha venido recibiendo, mientras no se despega de su lado su compañero sentimental, José Andrade.
Y es que hace una semana la matriarca de los Aveiro se sintió mal y hubo que avisar al 112. Unos efectivos del Servicio de Bomberos Sapadores de Funchal se desplazaron sin dilación para prestarle los primeros auxilios y después fue operada de urgencia.
Esta rápida actuación resultó clave para que Dolores Aveiro pudiera sobrevivir y determinante también para precisar los términos de una recuperación estable. Así, se eliminó la amenaza de secuelas como una eventual parálisis o dificultades al hablar. Los médicos le practicaron una trombectomía mecánica, una técnica extremadamente compleja pero que suele desembocar en un elevado tanto por ciento de eficacia.
abc
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