"Hace un año hoy perdimos 157 vidas sagradas en el accidente aéreo ET302. Mientras amigos y familiares de todo el mundo se reúnen en Etiopía para honrar la memoria de sus seres queridos, rindo homenaje a las víctimas de este accidente y deseo que sus familias sigan siendo fuertes", publicó en su cuenta de Twitter el primer ministro etíope Abiy Ahmed.
El 10 de marzo de 2019, un Boeing 737 Max de Ethiopian Airlines con 157 personas a bordo desapareció de los radares seis minutos después de despegar del aeropuerto internacional de Adís Abeba con destino a Nairobi, Kenia.
La aeronave se estrelló cerca de Bishoftu, a varias decenas de kilómetros de la capital etíope.
Todos los ocupantes del avión —149 pasajeros y 8 tripulantes, nacionales de 35 países fallecieron.
Fue la segunda catástrofe de un Boeing 737 Max 8 en menos de medio año. A finales de octubre pasado, un avión de la indonesia Lion Air, con 181 pasajeros y ocho tripulantes, se estrelló en el mar de Java pocos minutos después de haber despegado de Yakarta, sin dejar sobrevivientes.
"Lloramos a aquellos cuyas vidas se perdieron en el vuelo 302 de Ethiopian Airlines y el vuelo 610 de Lion Air y ofrecemos nuestras más sinceras condolencias a sus familiares y amigos. 10 de marzo de 2019/28 octubre 2018", publicó la empresa en su sitio web.
De acuerdo con la investigación preliminar, los pilotos de ambas aeronaves tuvieron dificultades con el software del estabilizador MCAS (siglas en inglés de Sistema de Aumento de las Características de Maniobras) y no lograron retomar el control de la aeronave.
La flota global de los 737 Max se quedó en tierra tras estos accidentes que obligaron a Boeing, castigada en las bolsas y demandada en los tribunales, a desarrollar actualizaciones del sistema e iniciar ensayos de cara a una nueva certificación, mientras la producción de dicho modelo se suspendió por un tiempo indefinido.
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