El documental Hillary, que se estrena hoy en la plataforma de streaming Hulu en Estados Unidos (todavía no tiene fecha de estreno en España) repasa la figura de Hillary Clinton con escenas inéditas de su campaña presidencial en 2016 y entrevistas íntimas con ella misma y todo su entorno.
La figura de Hillary Clinton –como primera dama al principio y como primera mujer candidata a la presidencia estadounidense después– es apasionante, pero hay un tema que se trata en el documental que es el que ha levantado más expectación y no tiene tanto que ver con sus logros profesionales: el escándalo Lewinsky.
La relación extramarital de Bill Clinton con una de sus becarias de la Casa Blanca, la joven Monica Lewinsky, llevó primero a un escándalo mediático en 1998 y después a un impeachment al presidente por perjurio, del que salió indemne en 1999. En una cobertura mediática de lo más cuestionable que en la actualidad muchos ven como infame, el foco mediático y la presión se puso sobre ella, sobre la joven Monica. Años después, en un artículo publicado en 2014 en Vanity Fair, con el título "Vergüenza y supervivencia", habló de la depresión que había sufrido a raíz de la humillación pública que recibió de los medios.
La otra gran protagonista fue Hillary Clinton. Si bien en el imaginario colectivo fabricado por los medios Monica Lewinsky era una zorra, a Hillary se la consideró una idiota por seguir con su marido. Promocionando su documental en el programa de Ellen Degeneres el pasado febrero, trató precisamente esa imagen.
“No divorciarme fue la decisión más valiente que he tomado nunca”, dijo a Ellen. “Fue difícil revivirlo, hablar de aquello y además con mi marido participando también. [...] Muchas mujeres se cabrearon porque elegí permanecer con mi marido. Muchas dijeron: ‘No puedo apoyarla, no me gusta que siga con él’. Pero muchas de ellas, justo después de decir eso, añadían literalmente a continuación: ‘Pero me encanta su marido, amo a Bill Clinton’. Bueno, ¡pues yo también!”.
Los medios estadounidenses, como People, están ensalzando ahora las palabras de la parte más importante de este triángulo: el propio Bill Clinton, hasta ahora el hombre que más cómodamente sobrevoló el escándalo una vez superado el impeachment.
Así es como recuerda Clinton el momento en que tuvo que dar explicaciones a su esposa y a su hija. “Me senté en la cama y hablé con Hillary. Le dije exactamente lo que había pasado y cuándo había pasado. Le dije: 'Me siento fatal'. Le dije: 'Hemos pasado por muchas cosas en estos últimos años. No tengo justificación. Lo que he hecho es inexcusable”.
Aún así, intenta explicar lo inexcusable. Según el expresidente, no es como si “te sentases y pensases: ‘Voy a tomar un riesgo irresponsable. Algo malo para mi familia, malo para mi país, malo para la gente que trabaja para mí. No, no es así como ocurre. Es más bien que vas cayendo. Has estado en una lucha de quince rondas que se va a extender a treinta y de repente hay algo que te puede aliviar y distraer durante un rato. Todos tenemos presiones y decepciones en la vida, temores, terrores, lo que sea. Son cosas que hice para intentar calmar mi ansiedad durante años. Ahora soy una persona totalmente diferente”.
En el documental, la propia Hillary relata: “Estaba destrozada. Simplemente, no me lo podía creer. Aparte del dolor personal, no me podía creer que hubiese mentido. Le dije [a Bill]: ‘Si esto se va a hacer público, tienes que decírselo a Chelsea [su hija]”. El matrimonio prefiere no contar cómo fue ese episodio con su hija, que entonces tenía dieciocho años, pero sí que recuerda que fue su hija la que los mantuvo unidos y fue lo que hizo que la relación sobreviviese al escándalo.
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