La cantidad de tierra utilizada en Colombia para la cosecha de coca — utilizada para fabricar cocaína — permanece en un máximo histórico a pesar de la renovada campaña para erradicar la planta de forma manual, revelan nuevos datos de la Casa Blanca difundidos el jueves en la noche.
El cultivo de coca alcanzó las 212.000 hectáreas el año pasado, un incremento de casi 2% respecto a las 208.000 hectáreas del año previo, según las cifras. La producción potencial de cocaína pura, en tanto, aumentó a 951 toneladas, un alza del 8%.
“Es bastante notable que erradicaran manualmente 100.000 hectáreas el año pasado y no se reflejó”, dijo Adam Isacson del Washington Office on Latin America, un grupo de investigación. “Supongo que significa que el cultivo ha mantenido, al menos, el paso”.
Los hallazgos se dan a conocer mientras Colombia enfrenta una creciente presión por parte del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump por reducir drásticamente la producción de coca. El mandatario Iván Duque ha hecho del combate al narcotráfico una de las promesas principales de su gestión, pero los nuevos datos dejan entrever que su labor únicamente ha estabilizado el problema, sin disminuirlo.
La producción de coca en Colombia, el mayor fabricante de cocaína en el mundo, ha ido en aumento constante desde 2013, cuando iniciaron las negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Los niveles alcanzaron las 209.000 hectáreas en 2017, bajaron levemente a 208.000 en 2018 y subieron un poco nuevamente el año pasado.
Funcionarios de la Casa Blanca señalaron que el incremento de 2019 fue una “estabilización” y elogiaron las labores de Duque por erradicar manualmente los cultivos, una campaña que les costó la vida a 10 colombianos y dejó a 50 gravemente heridos durante los operativos. La erradicación por parte de las tropas colombianas aumentó un 58%, destacó la Casa Blanca, y las fuerzas militares incautaron más de 492 toneladas de cocaína y base de coca.
“El próximo año será crucial”, dijo Jim Carroll, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca. “Estamos ansiosos de ver esfuerzos redoblados, incluyendo la erradicación aérea, y hacer una diferencia en la reducción del cultivo de coca y producción de cocaína, que a la larga salvarán las vidas del pueblo estadounidense”.
Los altos niveles de coca colombiana han puesto a prueba en reiteradas ocasiones las relaciones entre ambas naciones, y en un momento dado Trump amenazó con quitarle a Colombia la certificación de aliado en el combate a las drogas si no revertía el incremento en la producción.
Trump y Duque sostuvieron un encuentro de una hora el lunes en Washington, y el líder estadounidense dijo que Bogotá necesita reanudar la erradicación aérea.
“El hecho de que el cultivo de coca se mantenga estable o haya aumentado ligeramente ha creado una intensa presión sobre el gobierno colombiano para que reanude la aspersión aérea”, dijo Cynthia Arnson, directora del programa para América Latina del Woodrow Wilson International Center for Scholars.
Colombia puso fin a su práctica de rociar herbicidas en cultivos ilícitos en 2015 debido a preocupaciones de salud. El gobierno de Duque ha prometido reanudar la erradicación aérea más adelante este mismo año después de realizar estudios adicionales ordenados por la Corte Constitucional. Se prevé que el nuevo programa sea de menor dimensión y más dirigido.
“Van a tener que rociar”, dijo Trump. “Si no lo hacen, no podrán deshacerse de ellos”.
Duque ha dicho que la aspersión aérea será una de varias estrategias para la reducción de coca, junto a la eliminación manual de hojas de coca, los programas de sustitución de cultivos para granjeros pobres y el desarrollo rural.
Proveer carreteras, escuelas y clínicas en áreas remotas es parte fundamental del acuerdo de paz que el gobierno firmó en 2016 con rebeldes de las FARC y es considerado un aspecto fundamental en el combate a la pobreza que lleva a los granjeros a recurrir al cultivo de coca.
Las FARC eran una de las principales organizaciones del narcotráfico en Colombia y muchos esperaban que el acuerdo pusiera fin al problema de manera definitiva. En cambio, nuevos grupos ilegales armados están ocupando muchos de los territorios que dejaron los combatientes de las FARC y ahora se disputan las rutas del trasiego de drogas.
Colombia se ha comprometido a reducir el cultivo de coca y la producción de cocaína en un 50% para el final de 2023.
“No van a ritmo para lograrlo”, dijo Isacson. “Esto va a crear una enorme presión política de Washington para que se fumigue”.
Juan Carlos Garzón, director de la Fundación Ideas para la Paz, dijo que cree que el incremento es consecuencia de no haber reforzado los programas de sustitución de cultivos y de la negligencia en la erradicación manual en varias zonas de alta producción cocalera.
“Hay zonas muy extensas del país en las que hay coca y en las que no se está haciendo prácticamente nada”, comentó.
Otros destacaron la necesidad de reducir la demanda a fin de hacer mella en la producción. Casi 2 millones de personas en Estados Unidos utilizaron cocaína en 2018, un incremento de 42% respecto a 2011, según la Encuesta Nacional sobre el Consumo de Drogas y la Salud. El número de muertes en el país por sobredosis de cocaína más que se triplicó entre 2012 y 2018, revelaron datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
“Creo que en general esto deja entrever que, a pesar de tener un gobierno colaborativo, es poco probable que la erradicación de coca tenga éxito sin una estrategia para eliminar la demanda en Estados Unidos y Europa”, dijo Sergio Guzmán, director de la consultora Colombia Risk Analysis.
infobae
Etiquetas: