"Ampliaremos nuestras operaciones en estos días. El primer paso serán los 300.000 francos suizos [$314.000] destinados a la Cruz Roja Helénica, para que se prepare para la afluencia de migrantes. También continuaremos las negociaciones con funcionarios griegos", dijo Della Longa.
De momento, según él, la FICR y la Cruz Roja Helénica no tienen acceso al área donde se aglomeran los migrantes que cruzan desde Turquía, y es uno de los temas que se están discutiendo ahora con las autoridades griegas.
"No hay un centro de recepción en este momento, la gente está atrapada en tierra de nadie. La situación humanitaria se va deteriorando hora tras hora", lamentó Della Longa.
Ante la escalada de operaciones bélicas en la provincia siria de Idlib, Turquía declaró que no puede acoger nuevos flujos de desplazados en su territorio y abrió las fronteras con Bulgaria y Grecia, tras lo cual miles de migrantes se precipitaron a cruzar hacia la Unión Europea.
Grecia endureció al máximo los controles fronterizos, suspendió por un mes la admisión de solicitudes de asilo, ordenó las devoluciones en caliente de los migrantes indocumentados y concentró a centenares de policías y varias unidades militares en la frontera, donde se registraron unos 20.000 intentos de cruce ilegal en los primeros tres días de marzo.
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