El primer ministro de Lesoto, Thomas Thabane, ha comparecido el lunes en un tribunal de la capital Maseru donde se esperaba que se le leyeran formalmente los cargos por el asesinato de su primera mujer, Lipolelo Thabane, asesinada en 2017. Sin embargo, después de una breve sesión, el asunto fue dirimido a una corte superior y el primer ministro no fue acusado formalmente. Ahora el Tribunal Superior deberá decidir su pueden juzgar a un primer ministro en funciones o si goza de inmunidad mientras siga en su cargo.
La defensa de Thabane lo tiene claro: «Mi cliente no puede ser procesado mientras está en el cargo porque goza de inmunidad, pero no está por encima de la ley», dijo Qhalehang Letsika. Durante la audiencia, el abogado preguntó si un primer ministro en funciones debería estar sujeto a enjuiciamiento penal, ya que esto podría significar que sería puesto bajo custodia. A pesar de que Letsika esperaba que el caso fuera dirimido al Tribunal Constitucional, finalmente será el Tribunal Superior -con un panel de al menos tres jueces- quien decida si Thabane puede ser juzgado mientras siga siendo primer ministro. La semana pasada el líder del partido Convención de Todos los Basothos (ABC, por sus siglas en inglés) anunció en la radio estatal que dejaría su cargo en julio de este año por no disponer «de la energía suficiente para dirigir al país»; evitando pronunciarse sobre la posible acusación por asesinato. Tanto el partido gobernante -quien no tiene un claro candiato a sucederle- como la oposición han pedido a Thabane que dé un paso atrás de manera inmediata.
Thabane, de 80 años, es el primer líder africano en funciones a quien los fiscales quieren llevar a juicio por asesinato «doméstico». Él, que niega cualquier implicación en el «asesinato sin sentido» de su primera esposa, no sólo busca su inmunidad si no también la de su actual mujer, Maesaiah Thabane, de 42 años, acusada por el mismo crimen y que se encuentra en libertad bajo fianza. Según la policía, el matrimonio orquestó el asesinato de Lipolelo, dos días antes de que el político tomara las riendas del país. Lipolelo, de 58 años, había ganado una batalla legal contra Maesaiah: un juez había fallado que ella debía ser la primera dama a pesar de encontrarse inmersa en un complicado proceso de divorcio con el líder del ABC.
Lesoto es una monarquía constitucional y su Carta Magna recoge que el rey no puede ser acusado de un delito, sin embargo no es tan explícito en el caso del primer ministro. Si Thabane pierde la moción, podría renunciar y pedir al rey Letsie III que disuelva el parlamento y convoque elecciones generales. Este caso, que ha conmocionado al país de poco más de 2 millones de habitantes, pondrá a prueba las leyes de Lesoto y la independencia del poder judicial.
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