Putin dibuja con sus propuestas una Constitución más conservadora

  03 Marzo 2020    Leído: 814
Putin dibuja con sus propuestas una Constitución más conservadora

El líder ruso quiere que la Carta Magna mencione a Dios y recoja que el matrimonio es “la unión entre un hombre y una mujer”.

Rusia camina hacia una Constitución más conservadora. El presidente ruso, Vladímir Putin, quiere que en la Carta Magna se mencione la “fe en Dios” y que se especifique que el matrimonio es una unión heterosexual. También que Rusia “asegura la protección de la verdad histórica”. Y que el país es “sucesor legal” de la Unión Soviética. Sus propuestas para el controvertido cambio constitucional que ya está en marcha en Rusia cristalizan el espíritu nacionalista y defensor de la familia tradicional en el que se ha instalado y crecido en los últimos años.

La reforma de la Carta Magna no será simplemente cosmética. El cambio, anunciado por Putin a mediados de enero y que según los analistas puede servirle para encontrar un puesto para permanecer en el poder más allá del fin de su mandato en 2024, también está destinado a cimentar el legado que el líder ruso quiere para el país: que esté lejos de los valores liberales occidentales. "La Federación Rusa, unida por una historia de mil años, preservando la memoria de los antepasados ​​que nos transmitieron los ideales y la fe en Dios”, dice la enmienda propuesta por Putin, según leyó ayer Vyacheslav Volodin, presidente de la Cámara Baja.

Rusia es un Estado laico, la Constitución no hace ninguna mención a Dios y dicta que ninguna religión puede ser considerada obligatoria u oficial. Y aunque la mayoría de los rusos se identifican como cristianos ortodoxos, esta etiqueta tiene más que ver con la identidad cultural que con la creencia religiosa, según los expertos y las estadísticas. El líder ruso, que desde que llegó al poder hace 20 años se ha apoyado -y cada vez más- en la Iglesia ortodoxa y ha defendido firmemente sus valores, ha atendido así la petición del patriarca Kiril, que pidió que la ley básica mencionase a Dios.

Además, Putin blinda Rusia al matrimonio igualitario, al introducir en la Constitución que matrimonio es la “unión entre un hombre y una mujer”. El texto solo pone negro sobre blanco algo que el líder ruso lleva comentando años. “Mientras siga siendo presidente no habrá progenitor uno y progenitor dos aquí. Habrá una madre y un padre”, dijo Putin hace unos días. Ahora parece que esa posibilidad tampoco será nada fácil cuando el líder ruso se vaya.

Rusia, que aprobó en 2013 la llamada ley contra la propaganda gay, que prohíbe y castiga la difusión a menores de 18 años de cualquier material que visibilice relaciones “no tradicionales”, ha registrado un aumento de los ataques a la comunidad LGTBI.

El líder ruso entregó ayer al comité de la Duma una lista de propuestas de 24 páginas apurando el límite para presentar sus iniciativas. Y aunque no se ha divulgado la lista completa, los portavoces del comité de la Duma leyeron algunas de las más destacadas. Sus medidas se sumarán a las preparadas por el grupo especial de 75 expertos que creó para la tarea y que trabajó en paralelo al Comité Constitucional de la Duma. Se votarán previsiblemente el 10 de marzo. Y teniendo en cuenta que el partido del Gobierno tiene mayoría absoluta en las Cámaras, recibirán con toda probabilidad luz verde.

Dios y el matrimonio heterosexual no han sido las únicas propuestas identitarias de Putin. Dentro de los valores morales y geopolíticos que quiere dejar a las generaciones futuras de Rusia está también su campaña contra lo que considera “revisionismo histórico” de la Segunda Guerra Mundial. “Rusia guarda el recuerdo sagrado de los defensores de la Patria y garantiza la protección de la verdad histórica. Cualquier menosprecio de la hazaña del pueblo al defender la Patria es inaceptable”, dice otra de las propuestas del presidente, a la que tuvo acceso la agencia Interfax. También pidió agregar a este artículo una cláusula que establezca que Rusia es el “sucesor legal de la URSS” en su territorio, y que los activos más importantes del país son los niños, a quienes el Estado crea condiciones para “educar en el patriotismo, la ciudadanía y el respeto a los ancianos” y “espiritual, moral, intelectual y desarrollo físico”.

La iglesia ortodoxa y entidades conservadoras se han felicitado por las propuestas del líder ruso. Mientras, la oposición y los activistas por los derechos civiles, que han alertado de que los cambios alteran el poder y la estructura del Gobierno, creen que esas simbólicas propuestas son una forma de contentar a algunos grupos. “También y sobre todo son una gran maniobra de distracción sobre su propósito fundamental, y es garantizarse influencia y poder tras 2024, el año que oficialmente finaliza su mandato presidencial”, critica Nikolai Rybakov, del partido Yabloko. Una opinión que comparte Dmitri Gudkov, jefe del Partido de los Cambios: “Hacen ruido para que no se dé tanta atención a las enmiendas verdaderamente importantes”.

Otras propuestas del Comité de la Duma o del grupo de expertos también son muy controvertidas. Como la de garantizar inmunidad a quien haya sido presidente o convertirle en senador de por vida en la Cámara Alta.

Una encuesta realizada a principios de febrero por la agencia de encuestas independiente Levada Center reveló que el 25% de los rusos votaría para enmendar la Constitución, mientras que el 10% dijo que votaría en contra. Además, el 64% de los encuestados reconoció que no comprendía la reforma. El paquete total (será sí a todo o no a todo) se votará el 22 de abril –una fecha que coincide con la conmemoración del nacimiento del fundador de la URSS, Vladímir Lenin—, aunque todavía no se ha revelado el método ni las características de la consulta.

Pese a todo, las enmiendas incluyen ganchos jugosos e importantes para un país cansado y empobrecido por la crisis económica derivada de la caída del precio del petróleo y las sanciones que Occidente impuso a Rusia por anexionarse la península ucrania de Crimea. El presidente ruso quiere que la nueva Carta Magna incluya una mención a que las pensiones deben subir conforme a la inflación y que el salario mínimo debe establecerse por encima de la línea de pobreza. Dos elementos que se suman a otro paquete social que pueden animar el voto. Si se vota que sí a la indexación de las pensiones se votará que sí, por ejemplo, a la enmienda que dicta que la ley rusa prevalece ante la internacional; algo que, según los expertos, podría cerrar las puertas a los ciudadanos rusos de organismos como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

elpais


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