El ministro de Salud de Francia, Olivier Veran, anunció que se reportaron 20 casos nuevos del coronavirus el jueves por la noche.

Las cifras más recientes hacen que el número total de casos reportados en Francia sea de 38. 12 de ellos ya fueron curados, dos murieron, y 24 se encuentran hospitalizados, de los cuales dos se encuentran en graves condiciones.

Doce de los nuevos casos se registraron en el departamento de Oise, una división administrativa francesa, en donde también vivía un hombre de 60 años que murió el martes por la noche a causa de la enfermedad después de haber sido trasladado al Hospital de la Pitié-Salpêtrière en París.

Según Veran, los pacientes “parecen estar vinculados por una cadena de contaminación. Continúa la investigación y diagnóstico del contacto de las personas”.

Un paciente está hospitalizado en estado grave en el Hospital Tenon de París y otro en Compiegne, en el departamento de Oise.

Los casos restantes se encuentran en la región de Alta Saboya, en el oriente de Francia.

El virus ha continuado su trayectoria hacia Occidente desde su brote inicial en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia china de Hubei, a principios de diciembre.

La cifra global de muertes es de casi 2.800, y China es el más afectado, con más de 78.000 casos.

El coronavirus es transmitido por el aire y sus primeros síntomas son fiebre alta, dolor de garganta, tos, dificultad para respirar y diarrea.

En etapas posteriores, el virus causa neumonía e insuficiencia renal y, finalmente, puede provocar la muerte.

Si bien el virus se detectó en las regiones administrativas especiales de Hong Kong, Macao y Taiwán, fuera de China continental, las autoridades de Tailandia, Corea del Sur, Japón, Singapur, Vietnam, Malasia, Sri Lanka, Camboya, Nepal, India y Filipinas también confirmaron casos del coronavirus.

El virus también se propagó a Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Suecia, España, Finlandia, Rusia, Canadá, Estados Unidos, Australia, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Irán, Israel, Kuwait, Baréin y Afganistán.

La Organización Mundial de la Salud declaró el brote como una emergencia sanitaria internacional y dijo que el nivel de riesgo global sigue siendo alto.

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