Al igual que Estados Unidos tiene la tan deseada Green Card, el Gobierno austriaco de Sebatian Kurz ha implementado la tarjeta «roja-blanca-roja», con los colores de la bandera austriaca, que otorga permiso de trabajo y residencia en el país alpino. El objetivo era seleccionar inmigración cualificada y bien pagada, en detrimento de trabajadores extranjeros más precarios, pero los requisitos para obtener la tarjeta han puesto en aprietos a la patronal austriaca y el consejo de ministros de Kurz los ha rebajado en su reunión de hoy. El salario mínimo que los inmigrantes extracomunitarios deberán poder acreditar para la obtención de la tarjeta pasará a partir de ahora de los 3.200 euros mensuales a solamente 2.685. En lugar del 60% de la base de contribución máxima, será suficiente con el 50%.
El Gobierno quiere aliviar así la escasez de trabajadores no cualificados y atender las demandas de la patronal, puesto que las empresas estaban encontrando verdaderos problemas para contratar en algunos sectores, como la construcción y la hostelería. «La escasez de trabajadores no calificados se está convirtiendo en un obstáculo para el crecimiento, el 88% o de las empresas se ha resentido de la escasez de personal», justificó ayer la ministra de Economía Margarete Schramböck, del Partido Popular Austriaco (ÖVP). El 40% de las empresas ya se queja de una caída en los ingresos porque no puede cubrir las vacantes.
Formados en Austria
La tarjeta ha sufrido además modificaciones para que su aplicación sea más rápida y menos burocrática en el futuro. La palabra clave es «digitalización». Schramböck calificó de «absurdo» que las solicitudes debían ser procesadas por las misiones diplomáticas austríacas en el extranjero y por correo y para los graduados de una universidad austriaca, aunque no tengan la nacionalidad, el salario mínimo requerido previamente será eliminado por completo. «No tiene sentido enviar a casa a las personas que han sido formadas en Austria», dijo Schramböck, que anunció que revisaría el esquema de puntos actual como evidencia de calificaciones. «Debería basarse explícitamente en la experiencia profesional relacionada con el trabajo en el sistema de puntos», explicó, y añadió que el conocimiento del inglés también debe considerarse equivalente al conocimiento del alemán en el futuro. El vicecanciller Werner Kogler, del Partido Verde, ha defendido que «la inmigración controlada servirá para aliviar la escasez de trabajadores calificados».
Junto a un paquete de medidas para reducir las emisiones de CO2, las restricciones en la política de inmigración son las principales líneas del programa acordado por el conservador Partido Popular de Austria (ÖVP) y los ecologistas Verdes para gobernar juntos en una alianza inédita hasta ahora.
abc
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