La contundente victoria en los caucus de Nevada de este pasado fin de semana parece señalar la llegada de la hora del todos contra Bernie Sanders en la superpoblada carrera por la nominación demócrata. La próxima parada de las elecciones primarias será el 29 de febrero en la sureña Carolina del Sur, donde el senador se adentra en aguas inciertas lanzado a la conquista del voto afroamericano, después de haber demostrado que tiene seducido un buen porcentaje de los jóvenes y los hispanos. Serán aguas turbulentas, aunque no por falta de prueba. En ese mismo Estado, Sanders perdió las primarias de 2016 frente a Hillary Clinton por una monumental paliza con el 14% frente al 86% de su contrincante.
El senador de Vermont tiene en Joe Biden a su mayor obstáculo en el sur. Con casi un 30% de intención del voto negro, el exvicepresidente de Barack Obama, que hasta el momento ha tenido unos resultados decepcionantes, está colocado a la cabeza de las encuestas en el primer Estado sureño en votar. El caucus en Carolina del Sur será este próximo sábado y las encuestas marcan la tendencia hacia Biden, con un 24,5%; Sanders con un 21,5%; Pete Buttigieg y Elizabeth Warren peléandose la cuarta posición por detrás del millonario Tom Steyer que ocupa el tercer lugar.
A favor de Biden juega también un importante respaldo público, el que supuestamente hará el número tres de los demócratas en la Cámara de Representantes, Jim Clyburn, lo que galvanizará el voto negro en torno al exvicepresidente. Clyburn declaró este fin de semana que dejará saber a quién apoya tras el debate demócrata de este martes en Charleston e incidió en que el nombre no coincidirá con ninguno de los triunfadores de Iowa, New Hampshire o Nevada -es decir, ni Bernie Sanders, ni Pete Buttigieg-.
La campaña de Sanders deberá probar el próximo sábado si ha sido capaz en cuatro años de solventar los desaciertos que causaron aquel cataclismo de 2016, entre otros, tener una plantilla poco diversa, demasiado masculina, demasiado blanca y ajena a los problemas de la comunidad negra. Entonces, el compromiso con los afroamericanos llegó tarde y mal, como relató tiempo después John Solomon, afroamericano contratado por la campaña de Sanders como organizador y a quien le invadió la desilusión cuando sus superiores le dieron como tarea transportar a gente por Iowa en una camioneta. En su opinión, se trataba de la táctica de tener plantilla negra con el solo objetivo de poder decirlo. Nada más.
El resultado que salga de las urnas de Carolina del Sur será determinante para declarar oficial lo que ya es oficioso: que el establishment demócrata se encuentra en modo pánico ante la posible candidatura demócrata de Bernie Sanders a la Casa Blanca. Según Matt Bennett, del grupo de centro izquierda Third Way, nunca antes en 30 años de política había vivido semejante maldición inevitable. “Nunca antes tanta gente me había llamado o enviado mensajes y correos electrónicos como después de los caucus de Nevada para expresar su pesimismo y pesadumbre”, explica en la publicación Politico.
En opinión de Bennett, los demócratas moderados consideran que la victoria de Sanders en las primarias supondría una reelección asegurada de Donald Trump. “Se trata de ese sentimiento de estar cayendo hacia el abismo irremediablemente. Además, creo que también perderíamos la Cámara de Representantes [recuperada en 2018]. Hoy es el día que más deprimido he estado nunca en política”, insistía. Jim Cowan y Jim Kessler, presidente y vicepresidente de Third Way, consideran que la agenda política de Sanders le hace, por definición, inelegible para la presidencia, ya que consideran que Estados Unidos nunca ha optado por un presidente tan a la izquierda.
En el todos contra Bernie Sanders, el antiguo alcalde de South Bend (Indiana) utilizó su discurso de admisión de derrota en Nevada para atacar al gran ganador de la noche. Buttigieg argumentó que Sanders es demasiado divisivo y por tanto incapaz de derrotar a Donald Trump el próximo noviembre.
“Antes de que nos precipitemos a nominar a Sanders en la única oportunidad que tenemos de acabar con este presidente, echemos una ojeada a lo que está en juego, para nuestro partido, para nuestros valores y para aquellos que tienen mucho que perder”, dijo el exalcalde. “Creo que la mejor manera de derrotar a Donald Trump es ampliar y galvanizar una mayoría que nos apoye en temas críticos”, declaró Buttigieg a favor de su causa. “El senador Sanders cree en una revolución inflexible e ideológica que deja fuera a la mayoría de los demócratas, por no hablar de la mayoría de los americanos”, finalizó.
elpais
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