La irrupción del coronavirus en el norte de Italia se ha sentido con fuerza en la sanidad española: “Es algo que cambia muchas cosas, el inicio de una nueva etapa”, asegura Pere Godoy, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología. “Hasta ahora los criterios de sospecha de un paciente eran sencillos: tener síntomas y haber estado en Hubei. Ahora es urgente reformularlos de forma precisa y va a ser algo complicado, porque la situación en Italia cambia rápido y los lazos entre los dos países son enormes”, añade Godoy.
Los responsables implicados —infectólogos, microbiólogos, preventivistas...— de los grandes hospitales pasaron ayer buena parte del día enfrascados en adaptarse a una situación que muy pocos esperaban que cambiara tanto en tan poco tiempo. “Lo primero ahora es cambiar los protocolos y tener listos los planes de contingencia para lo que pueda venir”, detalla Jesús Rodríguez Baño, jefe de servicio de enfermedades infecciosas del hospital Virgen Macarena de Sevilla.
Los planes de contingencia prevén al detalle cuestiones como “reforzar los equipos, las medidas de protección del personal, tener el material listo, definir los espacios en urgencias para casos sospechosos, reservar en planta para los ingresos...”. “No es algo tan diferente de lo que cada año hacemos con la gripe, pero hoy hemos tenido que ponerlo todo por escrito y revisarlo”, añade Rodríguez Baño, también presidente de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas.
Más complicada está resultando la reformulación de los protocolos, algo que todos los expertos consultados esperaban que quedara resuelto ayer mismo tras conocer los resultados de la reunión que el Consejo Asesor del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) celebró en la tarde de ayer en Estocolmo. Pero este comité, formado por miembros de los servicios de salud pública de los países de la UE, no logró acordar una definición de los criterios clínicos que deber ser utilizados para identificar los casos sospechosos."Es un tema que aún está en discusión y que será de nuevo revisado mañana o en los próximos días”, explicó anoche una fuente del ECDC.
"LA SITUACIÓN DE ITALIA EXIGE CAMBIOS"
“Estamos a la espera de los nuevos protocolos porque la situación de Italia exige cambios”, sostuvo ayer Jesús Rodríguez Baño, del hospital Virgen Macarena de Sevilla. Baño confiaba en que el comité asesor del ECDC acordara ayer un criterio común para la definición de caso.
El ECDC no tiene funciones ejecutivas ni medios para obligar a cumplir sus recomendaciones, aunque los Gobiernos sí siguen sus criterios. “Lo hacen en más de un 95% y los pequeños cambios que aplican son más bien para adaptar las recomendaciones a la realidad local”, dice Antoni Trilla, del Clínic de Barcelona.
Para Antoni Trilla, jefe del Servicio de medicina preventiva y epidemiología del hospital Clínic de Barcelona “es urgente” resolver este punto para gestionar adecuadamente la atención a los casos sospechosos en los próximos días. “La definición de caso es la herramienta clave. Nos dice qué síntomas y antecedentes personales (viajes, contactos...) debemos tener en cuenta para decidir si un paciente es sospechoso o no de estar infectado por el virus y adoptar todas las medidas procedentes”, explica Trilla.
La noticia de que el ECDC no había logrado acordar una definición de caso causó ayer cierta preocupación entre todas las fuentes consultadas. El temor es que esto retrase la adopción de medidas conjuntas a nivel europeo en todos los hospitales que ayuden a evitar que el virus se propague más allá de Italia. Incluso el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se refirió a “la reunión de expertos” del ECDC como paso previo para que ministerio y comunidades autónomas acordasen hoy uno nuevo.
Mientras, los hospitales ya fueron ayer “adaptando caso a caso y con prudencia” el protocolo vigente hasta la fecha. “Es un protocolo que se ha quedado viejo, que ya no sirve. Te llega un paciente con fiebre que viene de Milán y de qué te sirve saber si ha estado en China o no”, se pregunta el jefe de servicio de otro gran hospital, que pide el anonimato.
Santiago Moreno, responsable de enfermedades infecciosas del hospital Ramón y Cajal de Madrid, considera que “es la hora de tomar decisiones firmes y consensuadas, porque el virus está muy cerca y nos quedan pocas oportunidades para contenerlo”.
elpais
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