Extranjeros en el Reino Unido: «No veo a los ingleses haciendo los trabajos mal pagados»

  24 Febrero 2020    Leído: 801
  Extranjeros en el Reino Unido:   «No veo a los ingleses haciendo los trabajos mal pagados»

El nuevo sistema de inmigración de Reino Unido desconcierta a los residentes extranjeros.

El Reino Unido anunció la semana pasada la puesta en marcha de un nuevo sistema de inmigración el cual concederá visados de trabajo solo a inmigrantes altamente cualificados y que además puedan demostrar el dominio del idioma inglés. Tras la consumación del Brexit el pasado 31 de enero, hay un periodo de transición que acabará a finales de este año, cuando se ponga fin también al acuerdo de libre circulación de ciudadanos con la Unión Europea. Este sistema por puntos, semejante al que se utiliza en Australia, entrará en vigor en enero del 2021, una vez finalizado este periodo. Según el Gobierno británico, esto es parte de su plan de «cumplir» su compromiso con el pueblo británico de «retomar el control de nuestras fronteras».

La decisión de Boris Johnson de cumplir con una de sus principales promesas de campaña ha provocado diversas reacciones entre los inmigrantes que viven en el Reino Unido. Aunque algunos se muestran preocupados, otros están a favor de un mayor control de ingreso. Para Jolanta, una polaca de 45 años que lleva cuatro años en Reino Unido, su principal preocupación es que el nuevo sistema implique de alguna forma que tenga problemas para moverse entre su país de acogida y su país de origen. Aunque es fisioterapeuta de formación, actualmente trabaja como limpiadora en casas, de forma informal, es decir, sin contrato laboral. «No hablo bien inglés y eso limita mis opciones. Me preocupa tener problemas para entrar al país después de ir de vacaciones a Polonia», aseguró.

Jolanta hizo el trámite del «pre-settle status» (lo que equivale a tener un permiso de pre-residencia o pre-asentamiento, que se convierte en permanente cuando se puede comprobar que se han vivido más de cinco años en el país), pero eso no la deja tranquila. «Espero que la nueva situación no limite mi libertad de movimiento y que pueda seguir viviendo aquí en paz».

A Bea Gambín, española de 25 años y que trabaja como niñera en una familia de Londres, también le genera «incertidumbre» las nuevas políticas de inmigración, «porque se supone que el estado de preasentamiento te asegura cinco años más aquí, pero ¿y después qué pasa? Creo que todo está un poco en el aire», explicó. Gambín añade que «es bien sabido que Reino Unido es uno de los países con más trabajadoras “au pairs” del mundo. Es una profesión no reconocida ni legalizada, y conozco familias que este año no han podido tener una porque nadie quiere venirse a Londres después del Brexit». Su plan es quedarse más tiempo e incluso dice que empezará a buscar trabajo en un colegio, pues «soy profesora de educación infantil». Eso sí, le da «pena» la gente a la que le gustaría inmigrar a Reino Unido ahora, «porque no van a tener las mismas oportunidades que tuve yo».

Mano de obra
El nuevo sistema de inmigración otorgará el visado a quienes obtengan los 70 puntos necesarios que se asignan según profesión, experiencia, manejo del idioma y tener una oferta de trabajo concreta. Además, los trabajadores de la UE serán tratados igual que quienes son de fuera de ella y eso, aunque ha generado malestar entre muchos comunitarios, ha sido recibido de buena manera por parte de otros extranjeros, como Mei Zhao, una enfermera china que vive en Glasgow, que ve con buenos ojos este cambio. «En algunos trabajos contratan personal de la UE solo porque los trámites son más sencillos, pero no se considera que a veces hay trabajadores mucho más cualificados que son de otros países», dijo.

«En algunos trabajos contratan personal de la UE solo porque los trámites son más sencillos, pero no se considera que a veces hay trabajadores mucho más cualificados que son de otros países»
Anjali Andad, ingeniero en una multinacional, dice que «no es justo que los europeos tengan más beneficios solo por ser europeos. Mientras formaban parte de la UE era normal, pero una vez que el Brexit sea una realidad, lo bueno es que todos los extranjeros serán iguales y tendrán las mismas oportunidades para vivir y trabajar aquí». Aunque reconoce que el nuevo sistema probablemente será beneficioso para quienes provengan de países de la Commonwealth, como Raheem Belgrave, de 27 años, que llegó hace un año y medio desde su natal Trinidad y Tobago, y que se muestra tranquilo: «El nuevo sistema no me va a afectar, además mi padre es británico».

El Gobierno ha acordado que la oferta de trabajo debe ser de un mínimo de 25.600 libras (30.800 euros aproximadamente), lo cual para algunos supone poner un límite a la explotación de los extranjeros, pero para otros, como Rutger Vorst, de 39 años, es motivo de preocupación. Este holandés vive en Londres desde hace dos años y medio trabajando como operador de renta fija en un banco de inversión europeo. «Si el sistema basado en puntos funciona y el Reino Unido solo atrae a trabajadores cualificados, ¿quién hará todos los trabajos mal pagados? ¿Quién va a ayudar a construir todos los proyectos de desarrollo? Porque hoy en día casi no veo a ciudadanos ingleses haciendo este tipo de labores», dijo. Además, añadió que «el Reino Unido debería preocuparse por crear empleos para trabajadores cualificados, ya que estos trabajadores probablemente elegirán el país con los mejores trabajos y no el que tenga el mejor sistema de inmigración».

Algunos empresarios han señalado que el nuevo mecanismo provocará una importante escasez de mano de obra en sectores donde la cualificación es más baja, como la construcción o los cuidados, pero John Hill, arquitecto jubilado británico, cree que eso es «alarmista» y «los europeos que ya están aquí no tendrán ningún problema y podrán seguir en sus trabajo. Y los que no cumplan los requisitios, simplemente no podrán venir, ¿tan difícil es de entender? Si este sistema funciona en Australia, aquí también lo hará», zanja Hill.

abc


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