Bruselas teme que el coronavirus provoque el cierre de fronteras dentro de Europa

  24 Febrero 2020    Leído: 1226
Bruselas teme que el coronavirus provoque el cierre de fronteras dentro de Europa

La Comisión Europea cree que Italia está afrontando la crisis "con rapidez y transparencia".

Bruselas teme que la propagación del virus 2019-nCoV provoque el primer cierre de fronteras por motivos sanitarios desde la entrada en vigor de la zona Schengen en 1995. Hasta ahora, los controles fronterizos se habían restablecido temporalmente por motivos de seguridad pública o de manera prácticamente permanente a raíz de la crisis migratoria de 2015. Pero nunca antes se había limitado la libre circulación de personas para frenar una epidemia que, procedente de China, gana fuerza en Europa a través de Italia.

Diez días después de la reunión de ministros europeos de Salud en Bruselas, los peores augurios se han cumplido. Los puntos de control e información fijados en algunos aeropuertos no han evitado que el virus siga cruzando fronteras. Y la Comisión Europea observa su expansión con inquietud. "Estamos siguiendo la situación en Italia muy de cerca", apunta la comisaria de Salud, Stella Kyriakides. La dirigente chipriota está siendo informada por el ministro de Salud italiano de la evolución de la crisis, y destaca “la rápida reacción de las autoridades y su transparencia en la comunicación”.

El departamento de Kyriakides añade que hasta ahora ningún país ha adoptado medidas para establecer el control de fronteras dentro de la UE. Pero fuentes de la Comisión reconocen que la hipótesis gana terreno. “Nos tememos que en los próximos días algún país pueda plantearlo”. Bruselas apunta hacia el gobierno austriaco de Sebastian Kurz como el principal candidato para adoptar una medida cuya utilidad plantea serias dudas.

"En un mundo tan interconectado es difícil hacer eso, y más en Europa. No estoy a favor del cierre de fronteras porque no ayuda a combatir la epidemia. Sé que es difícil de explicar a la gente, pero no es tan útil y es inviable", advierte Marc Van Ranst, epidemiólogo del Hospital Universitario de Lovaina, uno de los centros de referencia contra el coronavirus en Bélgica. "La mejor solución es identificar los casos y aislarlos. Es un modo de ganar tiempo para preparar a la población y los hospitales para algo que probablemente llegue", concluye.

A pesar de las dudas de los especialistas, la carrera por el blindaje parece haber comenzado. Austria había denegado el paso en la noche del domingo a un tren procedente de Venecia, que se dirigía a Múnich, tras comunicarle el operador italiano que dos pasajeros podían estar infectados, según informó el Ministerio del Interior austriaco a Reuters. Después de pasar aproximadamente tres horas detenido, el tren ha podido arrancar. 

Otro miembro de la UE, Rumanía, ha decretado este domingo la cuarentena obligatoria de 14 días para las personas que lleguen desde las regiones italianas de Lombardía y el Veneto, según anuncio el Ministerio de Sanidad de ese país. Los pasajeros que lleguen al aeropuerto de Bucarest serán sometidos a un cuestionario médico y los que planteen dudas podrán ser sometidos a una cuarentena en sus propios domicilios.

Las normas de Schengen permiten que los gobiernos reintroduzcan los controles fronterizos de manera unilateral cuando perciban una amenaza inmediata. La decisión debe ser comunicada ipso facto al resto de Estados miembros y a la Comisión. Y puede estar en vigor por un plazo inicial de 10 días, prorrogables hasta un máximo de dos meses.

Kyriakides y el comisario de Gestión de crisis, Janez Lenarcic, han convocado una rueda de prensa en la mañana de este lunes para detallar la respuesta que se está dando a la epidemia y los recursos financieros que la UE ha movilizado para combatirlos. Bruselas confía en que el ejercicio de comunicación y transparencia contribuya a contener los temores que podrían desencadenar medidas extremas como el cierre fronterizo.

Pero la confianza entre los socios de UE se encuentra bajo mínimos después de una década de sucesivas crisis (económica, migratoria, yihadista) y el riesgo de una reacción en cadena aumenta por momentos.

La desconfianza ya provocó en 2015 el cierre de fronteras entre varios socios de la UE. Y aunque la Comisión Europea repite que son innecesarios, todavía se mantienen en las fronteras de Austria con Hungría y Eslovenia; en las de Alemania con Austria; en las de Dinamarca con Alemania y Suecia; en todas las de Suecia; y en las conexiones por ferri de Noruega con Dinamarca, Noruega y Suecia. Francia, además, mantiene los controles en todas las fronteras por la amenaza terrorista.

Bruselas teme que el pánico sanitario resquebraje ahora aún más la maltrecha zona Schengen. La evolución del brote del virus en Italia puede resultar clave para contener el temor o para que los países vecinos restrinjan la circulación. Italia tiene frontera terrestre con cuatro países de la zona Schengen: Francia, Suiza, Austria y Eslovenia. El establecimiento de controles fronterizos en cualquiera de ellos podría aumentar la presión en el resto para adoptar idéntica medida.

Fuera de la UE, Rusia ya ha prohibido la entrada de visitantes chinos y Turquía ha cerrado la frontera con Irán, uno de los países donde ha detectado el virus. En Italia, la extrema derecha liderada por Matteo Salvini también pide el cierre de fronteras con el exterior, aunque la celeridad de infecciones en las últimas horas en el país transalpino le expone más bien a un asilamiento del resto de la UE

Por ahora la Comisión Europea no ha hecho pública ninguna medida de apoyo a Italia. Bruselas está asumiendo el papel de garantizar que los hospitales de los Veintisiete están preparados para una eventual avalancha de pacientes, y coordina una posible compra conjunta de equipos de protección para paliar futuras carencias en el suministro. "Solo juntos podemos hacer frente a esta situación"; ha dicho Kyriakides en un llamamiento a mantener una estrategia común.

Para el epidemiólogo belga Van Ranst, ya se cumplen todos los criterios para que el Covid-19 sea declarado pandemia, y estima que la Organización Mundial de la Salud no tardará en hacerlo.  "Lo hará probablemente la próxima semana. Es una decisión importante y se toman tiempo. En los próximos días y semanas se conocerán nuevos casos, y más países irán tomando medidas similares a las de Italia. Hasta el momento se está intentando aislar, pero eso no frena al virus, solo retrasa su expansión", explica.

El médico afirma que, como sucede con los casos de gripe, la llegada de altas temperaturas provocará un descenso de la incidencia del virus, pero hasta entonces quedan varios meses en los que puede seguir haciendo estragos. Y la multiplicación de casos puede generar un clima de inquietud, a veces descontrolada. "Hay que diferenciar entre pánico y preocupación. El primero no es útil, la segunda debe llevar a tomarse en serio el problema y estar preparados. Es una enfermedad comparable a la gripe normal", insiste.

elpais


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