La tensión se puede cortar en Portugal a medida que se acerca el día clave para la despenalización de la eutanasia, marcado para este jueves en la Asamblea de la República. Se votan cinco proyectos de ley y, previsiblemente, al menos uno de ellos tiene muchas posibilidades de lograr 116 votos, umbral de la mayoría absoluta y al que se aproxima el Partido Socialista con sus 108 diputados.
Pero la batalla está lejos de finalizar porque la movilización de los sectores contrarios a la iniciativa bate récords en el país vecino. La Iglesia lusa ha encabezado una ofensiva cuyo testigo recoge ahora la Federación Portuguesa por la Vida, que abandera la recogida de firmas para presentarlas en el Parlamento y que se convoque un referendum.
Se necesitan 60.000 adhesiones y, de momento, ya se han sobrepasado las 40.000. «Estamos desbordados, la respuesta es mayor de la esperada», argumentan desde la asociación, que anuncia el recuento final para el 3 de marzo.
De modo que, ocurra lo que ocurra en la maratoniana y decisiva sesión parlamentaria del 20-F, todo puede dar un giro. Incluso aunque se aprobase uno de los proyectos de ley, la Asamblea de la República debería tener en consideración las firmas que les presenten y llamar a la celebración de una consulta popular.
Así, el proceso entraría en una fase de «congelación», teniendo en cuenta que además los defensores de la vida tienen otra baza más: acudir al presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien puede ejercer su derecho de veto, en caso de que lo estimara oportuno.
Por tanto, las espadas están en alto y habrá que ver cómo se comportan individualmente los diputados ya que tanto los socialistas como el PSD han dado libertad de voto a sus integrantes.
Se da la circunstancia de que el primer ministro socialista, Antonio Costa, es católico confeso y, sin embargo, está a favor de descriminalizar la eutanasia.
En la misma línea se manifiesta el presidente del PSD, Rui Río, y eso que su posición ha abierto una guerra interna después de que el anterior líder, Pedro Passos Coelho, saliese a la palestra días atrás para arremeter contra el Gobierno actual por su intención de sacar adelante la propuesta.
El tema de la eutanasia se ha convertido en una especie de obsesión nacional al otro lado de la frontera y la película «Mar adentro», de Alejandro Amenábar, es una de las más buscadas en internet por los portugueses debido a su estremecedor relato sobre la lucha del tetrapléjico Ramón Sampedro (interpretado por Javier Bardem) para que le permitiesen morir.
abc
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