Pese a los difíciles equilibrios que anticipan las elecciones catalanas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dejado ver al líder de la oposición, Pablo Casado, que su intención es poner toda la carne en el asador para llevar la legislatura a término y evitar unas elecciones anticipadas como sucedió en 2019.

«Tenemos cuatro años de gobierno, ¿no se le va a hacer un poquito largo estar en la bronca y el bloqueo?», ha espetado el líder socialista al jefe de la oposición. En la misma idea recaló después la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, en su duelo con la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo.

Sánchez reaccionaba así, al ataque, después de que el presidente del PP, Pablo Casado, le retratara políticamente al ofrecerle de nuevo, esta vez ante las cámaras, un pacto para sacar adelante los nuevos Presupuestos del Estado. «Le ofrezco un pacto para los Presupuestos si rompe con los independentistas, ya no tiene excusa, eligió libremente a sus socios para la investidura y si repite es porque quiere», subrayó Casado.

El presidente del Gobierno no tuvo respuesta política para esta oferta del líder del PP. Reaccionó con una retahíla de datos económicos y acusó a Casado de «estar en la bronca y el bloqueo» por no querer pactar la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. El único acuerdo que parece interesar a los socialistas y que no puede sacar adelante son el PP.

Por su parte, como en los dos últimos días, tanto Sánchez como Calvo han insistido en retratar a los populares como un partido desleal a España. «Ya no son un partido de Estado», ha espetado la vicepresidenta primera a Álvarez de Toledo.

La portavoz del PP le replicó acusando a Sánchez de reformar el Código Penal por la puerta de atrás para beneficiar a sus socios independentistas pero también por su propio interés, para blanquear sus pactos con el secesionismo. «Buscan la amnistía de sus cómplices y la amnistía de ustedes», replicó.

abc

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