El Equipo de Investigación Conjunta (JIT, por sus siglas inglés), formado por representantes de Países Bajos, Australia, Malasia, Bélgica y Ucrania, asegura que el avión de Malaysia Airlines con 298 personas a bordo fue alcanzado por un misil tierra-aire Buk, de la fabricación rusa, y en su disparo fueron implicados tres rusos y un ucraniano, todos de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD).
Según la pesquisa, Ígor Guirkin, el entonces ministro de Defensa de la RPD, Serguéi Dubninski, exjefe de inteligencia de las milicias, su mano derecha Oleg Plátov, y el excomandante de las fuerzas especiales de los rebeldes, el ucraniano Leonid Járchenko, organizaron el traslado de la lanzadera Buk desde el territorio ruso al este de Ucrania.
Nuevos datos
El periodista holandés Max van der Werff publicó el 17 de febrero una serie de documentos del JIT, incluida una carta del Departamento Legal del Servicio de Inteligencia Militar de los Países Bajos (MIVD), enviada a la fiscalía de Países Bajos el 21 de septiembre de 2016.
La carta constata que la inteligencia militar neerlandesa no encontró ningún sistema de defensa aérea Buk que pudiera derribar el Boeing malasio, ni en el territorio de las milicias ni en la zona bajo el control de Kiev.
En el momento de la tragedia, el sistema antiaéreo Buk ucraniano más cercano al lugar del siniestro fue instalado a 66 kilómetros, mientras el ruso, al otro lado de la frontera, a 106 kilómetros.
El alcance de los misiles Buk es de 42 kilómetros, así que el MH17 volaba fuera del alcance de ambos.
El MIVD estudió la presencia de otras lanzaderas en la región en julio de 2014, capaces de derribar el MH17.
Se trata de los sistemas de defensa aérea las Fuerzas Armadas de Ucrania S-300PS Volkhov M-6 y el sistema S-300PM2 Favorit, que se encuentra en servicio de Rusia.
El texto de la carta dice que "todos los S-300PS Volkhov-M6 ucranianos identificados estaban a una distancia de al menos 250 kilómetros del lugar de derribo de MH17. El sistema S-300PS Volkhov-M6 tiene un alcance máximo de 75 kilómetros.".
"Basado en ello, el MIVD concluye que el sistema Volkhov-M6 S-300PS no se utilizó para derribar el MH17", señala.
Luego el documento indica que los únicos sistemas identificados que cuentan con "un alcance lo suficiente amplio" para poder derribar el avión de Malaysia Airlines son dos S-300PM2 Favorit de Rusia, situados en la ciudad de Rostov del Don (sur).
En cuanto a esas lanzaderas, la carta del MIVD afirma que estaban instaladas cerca de localidades grandes, y si hubiera sido utilizadas ellas, en las redes sociales o en los medios de comunicación se habría informado de tal lanzamiento.
"El MIVD no sabe nada de tales publicaciones", subraya.
Al analizar la carta, Werff concluyó que el 21 de setiembre de 2016 —una semana antes de la rueda de prensa del JIT en que se presentó la hipótesis de que el MH17 fuera alcanzado por un Buk de la fabricación rusa— "no tenía información de esta u otra fuente fiable de que cualquier instalación rusa Buk-m1 cruzó la frontera con Ucrania durante el conflicto".
Además, Werff apuntó que solo dos días antes del derribo del avión, las Fuerzas Aéreas ucranianas fueron puestas en alerta máxima, con lo que supuso que Ucrania podía mover sus sistemas antiaéreos más cerca hacia el lugar del disparo.
Por ahora, la fiscalía holandesa se negó a comentar la filtración.
Reacción de Rusia
Mientras el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, celebró la publicación del periodista al declarar que nuevos datos "una vez más absuelven a Rusia" de las acusaciones en su contra.
"Esto una vez más apunta a que todavía hay una gran cantidad de preguntas que de manera más seria ponen en tela de juicio la posición tan sesgada que ya se ha expresado varias veces", declaró.
La publicación de Werf respalda la postura de Rusia que siempre ha cuestionado la pesquisa del JIT.
Así, Moscú acusa a Holanda de ocultar datos sobre la pesquisa del derribo del MH17, insistiendo en que debe formar parte del equipo investigador.
A la vez cuestiona la participación de Kiev, responsable por mantener abierto el espacio aéreo sobre la zona de su operación militar en Donbás.
También reprocha al JIT por hacer caso omiso a la información sobre la tragedia proporcionada por Rusia: el consorcio ruso Almaz-Antey, fabricante de los sistemas de misiles Buk, había presentado otro informe, en el que expone los resultados de una investigación propia.
De acuerdo con esta investigación, el avión malasio fue derribado desde un territorio controlado por el Ejército ucraniano.
Además, según el Ministerio de Defensa ruso, todos los misiles, incluyendo el propulsor que mostró la comisión holandesa, fueron destruidos en el territorio ruso después de 2011.
La Cancillería rusa, por su parte, se mostró convencida de que la investigación del JIT está llena de "acusaciones absolutamente infundadas contra Rusia, encaminadas a desprestigiar a la Federación de Rusia ante los ojos de la comunidad internacional".
Para continuar la investigación, Países Bajos programó para el próximo 9 de marzo las primeras audiencias del juicio sobre los presuntos responsables por la tragedia.
Rusia ya subrayó que conforme al artículo 61 de la Constitución, sus ciudadanos no pueden ser entregados a otro Estado, por lo que deben ser procesado en su patria.
Pero Holanda se negó a proporcionar a Moscú los datos del caso para poder organizar un juicio justo en Rusia.
Hasta la fecha, no está claro si los acusados acudirán al juicio en La Haya, no se sabe si la investigación tomará en cuenta la filtración del periodista holandés, y no parece que las familias de las víctimas de la tragedia aérea pronto sepan la verdad sobre lo sucedido.
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