A lo largo de 110 años (su nacimiento data de 1910) su misión ha consistido, siempre según esos principios, en educar a esos niños y adolescentes para ser unos ciudadanos responsables, seguros en su autoconfianza y conscientes del valor de la naturaleza mediante actividades al aire libre.
Todas esas buenas intenciones no esconden que, para muchos de esos scouts , esa alegría de vivir se transformó en una pesadilla que les ha acompañado en su existencia.
Así que en los últimos años, mientras el número de afiliados oficiales caía en picado en una época de ensimismamiento tecnológico, pero también de pérdida del miedo a hablar, ha surgido otro colectivo que ensombrece la buena voluntad original. Lo estableció un grupo de abogados y le pusieron el nombre de Abused in Scouting. Esto no va de espacios abiertos sino de rincones oscuros.
Este grupo ha hallado más de 2.000 quejas de supuestas víctimas, que afectan a todos los estados de la Unión.
“La BSA se preocupa profundamente de todas las víctimas de abusos sexuales y pide sinceras disculpas a todos los que se hayan sentido heridos en su tiempo como scouts ”, afirmó este martes en un comunicado Roger Mosby, jefe ejecutivo de esta institución por lo visto no tan ejemplar.
En ese comunicado se anunció que los Boy Scouts of America, una de las mayores organizaciones juveniles en EE.UU., se ha declarado en quiebra para atender las miles de demandas por abusos presentadas contra miembros de esta asociación.
El documento lo presentó en el tribunal de bancarrotas del estado de Delaware, sucumbiendo a las presiones financieras, que incluyen un incremento en los gastos legales para afrontar las alegaciones de ataques sexuales de manera colectiva.
En la base de datos de los cuarteles centrales de Texas, la organización ha identificado “al menos 8.000 perpetradores”. Pero las presuntas víctimas aún siguen apareciendo e identificando a más abusadores. “Estamos indignados de que hubo ocasiones en que ciertos individuos se aprovecharon de nuestros programas para dañar a chicos inocentes”, reiteró Mosby en su texto.
La BSA presentó el documento en el tribunal de bancarrotas federales de Wilmington (Delaware). Se acogió al denominado capítulo 11, que le permite seguir funcionando pero que coloca la tormenta de litigios en un limbo jurídico. La pretensión es romper esa dinámica y propiciar las pautas de una demanda colectiva que facilite el establecimiento de un acuerdo general, bajo unas compensaciones equitativas.
Todo esto puede llevarles a tener que vender parte de su patrimonio, integrado por edificios, campamentos o senderos. Además de rebajar los lucrativos salarios de sus dirigentes, algunos de ellos con ingresos de 500.000 dólares anuales. En los documentos judiciales se enumera un pasivo de hasta 1.000 millones de dólares y unos activos de hasta 10.000 millones.
Malos tiempos para ser scout . Esta es la peor conclusión. Su prestigio de antaño está más que tocado. Los Boy Scouts han tenido que buscar maneras para afrontar su menguante influencia entre los niños estadounidenses. Hoy cuenta con 2,4 millones de participantes en sus programas, sólo la mitad de su pico en los años setenta.
En estos años recientes, la organización ha modificado los requerimientos para ser aceptado como miembro. En el 2013 se aprobó la participación de los homosexuales. En el 2015 se aplicó esta regulación a los líderes y en el 2017 se abrió las puertas a las niñas.
Ninguna medida ha impedido el incremento de la presión legal y el declive.
lavanguardia
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