El presidente Xi Jinping culpa a las autoridades locales de la epidemia

  17 Febrero 2020    Leído: 513
El presidente Xi Jinping culpa a las autoridades locales de la epidemia

Asegura que ordenó sin éxito la contención inicial del virus el 7 de enero, 13 días antes de alertar de su gravedad.

La crisis política que ha desatado el coronavirus en China es tan grave que el presidente Xi Jinping se ha visto obligado a dar explicaciones, algo inusual para el autoritario régimen del Partido Comunista. Descargándose responsabilidad, culpa de la epidemia a las autoridades de Hubei y Wuhan, a las que ordenó «contener la enfermedad» el día 7 de enero y el 20, antes de que alertaran al público. La rabia social por silenciar al difunto doctor Li Wenliang, el oftalmólogo que avisó de la enfermedad, ha debilitado a Xi y hace intuir una lucha interna de poder.

En una reunión del Comité Permanente del Politburó, la cúpula del régimen, Xi Jinping marcó un plan de contingencia para responder a esta crisis que, además de sanitaria, está dañando seriamente la economía y alterando la estabilidad social. Según informaba ayer el periódico «South China Morning Post», así lo recogió el sábado una publicación mensual del Partido Comunista llamada «Qiushi».

Calmar el malestar
La televisión estatal y otros medios de la propaganda también se hicieron eco de esta información, con la que Xi Jinping quiere calmar el creciente malestar social y restaurar la imagen internacional de China. Como superpotencia que plantea una alternativa a Estados Unidos, su prestigio ha quedado muy perjudicado porque la epidemia ha destapado las carencias sanitarias que sufre el país y puesto dramáticamente de manifiesto la censura y persecución de los activistas que denuncian el caos en los hospitales.

«Di instrucciones durante una reunión del Comité Permanente del Politburó del 7 de enero para trabajar para contener el brote. El 20 de enero, di órdenes específicas sobre el trabajo para prevenir y controlar la epidemia, y dije que había que prestarle mucha atención», publica la Prensa oficial citando a Xi Jinping. Además, insistió en que «tenemos que relacionarnos y comunicarnos con otros países y regiones, compartir información sobre la enfermedad y estrategias de contingencia para ganar la comprensión y el apoyo internacional».

Pero, más que limpiar la imagen de Xi Jinping, esta información arroja dudas sobre su autoridad, hasta ahora indiscutible, y hace pensar que su fuerte liderazgo ha quedado en entredicho dentro del régimen. De hecho, la crisis del coronavirus podría dejar en el aire sus planes para perpetuarse en el poder más allá de su mandato, que concluye en 2022 como secretario general del Partido y en 2023 como presidente. Aunque Xi Jinping ha reformado la Constitución y se ha erigido en el líder más poderoso de China desde Mao Zedong, su figura se está viendo erosionada por la epidemia.

Purga política
Para sofocar el estallido en las redes sociales por la ocultación inicial del brote, el régimen ha reforzado la censura y está purgando a las autoridades provinciales de Hubei. Según el último informe publicado por Pekín ayer, la epidemia de Covid-19 ha acabado con la vida de 1.765 personas, la mayoría de ellas en la provincia de Hubei.

abc


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