En un artículo publicado en el portal madrileño El País se aborda la decisión de Sánchez de llamar a Juan Guaidó “líder de la oposición” venezolana y no “presidente encargado” de Venezuela, como lo había reconocido hace poco más de un año.
Según coinciden diversas fuentes de la Moncloa, el nuevo tratamiento de Sánchez hacia Guaidó no fue “un lapsus”, sino resulta de un giro paulatino, a medida que se ha ido agravando la situación de Venezuela, hacia la postura de la cúpula del Ministerio de Exteriores español.
En la Cancillería española, aclaran las fuentes, siempre se vio con recelo el reconocimiento de Guaidó como “presidente encargado”, dado que genera una situación peculiar, porque España mantiene relaciones con el Gobierno de Nicolás Maduro.
Oficialmente no se ha anunciado ninguna modificación. Pero en privado, varios ministros y personas de confianza del presidente admiten que, con el paso de los meses, Sánchez ha visto cómo Guaidó no logra consolidarse y han surgido divisiones dentro de la oposición venezolana, mientras se hace cada vez más imprescindible tener una relación normalizada con el Gobierno de Maduro.
Prácticamente todos los mensajes que le llegan a Sánchez en estas semanas van en la misma línea: la necesidad de no fiar todas las cartas a una improbable consolidación de un Guaidó debilitado. En ese contexto, añaden, se tomó la decisión de que Sánchez no recibiera al dirigente venezolano y también se enmarca la idea de llamarle líder de la oposición.
Ha pasado más de un año desde que el 23 de enero Guaidó se autoproclamara “presidente encargado” del país, pero no ha logrado su objetivo de derrocar a Maduro, y por si fuera poco, ha sido vinculado con casos de corrupción, lo que ha generado que su liderazgo se debilite.
Justamente para mejorar su imagen, Guaidó estuvo de gira la semana pasada por EE.UU. y varios países de Europa, incluido España, donde se registraron manifestaciones en contra de su visita y tampoco fue recibido por Sánchez.
HispanTV
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