El ministro de Asuntos Externos, Augusto Santos Silva, afirmó que las acusaciones «no tienen ningún sentido» hechas por el régimen venezolano contra Portugal y la TAP de que Juan José Márquez, tío de Guaidó, fue detenido en el aeropuerto de Caracas por llevar material peligroso como el «explosivo C-4».
Diosdado Cabello mostró este mismo martes por televisión unas imágenes que supuestamente traía Márquez, de profesión aviador, de que había violado las normas de aviación civil por llevar un chaleco antibalas prohibido en el aeropuerto caraqueño
También indicó que el tío de Guaidó traía «unas linternas tácticas que contenían en su interior sustancias químicas de naturaleza explosiva como el C-4».
El canciller de Portugal dijo que las acusaciones de Cabello «intentan intimidar» al presidente interino Juan Guaidó. «La posición de Portugal y de la Unión Europea es simple: la grave crisis que vive Venezuela que afecta a casi un millón de venezolanos con nacionalidad europea no se resuelve con intimidaciones y detenciones arbitrarias».
Por otro lado, una fuente de la aerolínea portuguesa TAP aseguró que era imposible que Juan José Márquez viajara con explosivos debido a los estrictos controles de seguridad. «No es posible. No podemos viajar con explosivos en nuestros aviones porque tenemos sistemas de seguridad que los detectan (…) En las normas de TAP y de todas las aerolíneas aliadas a IATA, no solo está prohibido viajar con explosivos sino que la lista incluye baterías».
Un gerente de Tap Air Portugal también desmintió a Cabello: «Es absolutamente imposible viajar con explosivos en ninguno de nuestros VUELOS, pero además, cuando viaja un Jefe de Estado a bordo, se activa un protocolo y se hace una revisión aún más exhaustiva, y en ese avión viajaba el Presidente de Venezuela».
Según las normas de IATA, el uso obligatorio de escáneres de seguridad se remonta a 2002, luego de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. Y cada vez se han fabricado y utilizado mecanismos más sofisticados para detectar explosivos.
La sociedad anónima ANA, administradora del aeropuerto de Lisboa, en Portugal, reseña en su portal web que los pasajeros y la tripulación de los aviones deben someterse al control de seguridad obligatorio antes de los vuelos, sin excepción.
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