"Nosotros, la sociedad rusa, debemos evitar los extremos en cuanto a la Unión Europea: no hay que hacerla un fetiche ni demonizarla", declaró.
Chizhov llamó a tratar los problemas comunitarios con sensatez e imparcialidad, sobre todo por el período difícil que vive la UE tras el Brexit.
Respecto a las relaciones de Moscú y Bruselas, el diplomático consideró posible que mejoren.
"Creo que existe una ventana de posibilidades para ello", comentó.
Al mismo tiempo, lamentó que la mayor parte de los diputados del Parlamento Europeo todavía mantenga "una tradición de ganar puntos políticos aprovechando la confrontación con Rusia".
Sin embargo, indicó que los países miembros de la unión "comprenden cada vez más que no tienen perspectivas la línea hacia la confrontación con Rusia y la situación actual, cuando las relaciones bilaterales se convirtieron en un rehén de la crisis ucraniana".
La UE, afirmó Chizhov, perdió todas las oportunidades que tenía últimamente para normalizar las relaciones con Rusia.
"Como resultado, hemos visto la ampliación de las listas de sanciones y la falta de un giro real de la política de la UE; espero que al final suceda, mejor temprano que tarde", sostuvo.
El embajador mencionó que Rusia y la UE no examinan el tema de las restricciones unilaterales, que incluso no pueden llamarse 'sanciones', porque no tienen el visto bueno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Sputnik
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