Juan Guaidó, presidente autoproclamado de Venezuela, regresó a Caracas tras una gira internacional que lo llevó a Colombia, Europa y Estados Unidos, etc., a solicitar ayuda internacional para derrocar al legítimo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
En el aeropuerto internacional de Maiquetía se habían congregado trabajadores del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresa recién sancionada por Washington, y otras personas para manifestar su rechazo al regreso del que fuera presidente de la Asamblea Nacional (AN), y lo recibieron al grito: “¡Guaidó, fascista!”.
Maduro, respecto al regreso a Venezuela del golpista Guaidó, en una entrevista concedida a la cadena estadounidense ABC NEWS, dijo que si volvía debía responder ante la Justicia, pues sobre él pesaba una prohibición de salida del país dictada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela.
El domingo, tras el anuncio de Guaidó de que regresaría en breve a Venezuela, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, a través de su cuenta en Twitter, amenazó al Gobierno de Maduro con una “respuesta dura y significativa” de EE.UU. si trataba de impedir su regreso seguro.
“El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, anunció su planeado regreso a Venezuela. Cualquier amenaza o acto en contra de su retorno seguro será recibido con una respuesta fuerte y significativa de Estados Unidos y la comunidad internacional”, escribió.
Guaidó, violando la prohibición de abandonar el país, viajó a EE.UU., entre otros lugares, y el 5 de enero fue recibido en la Casa Blanca por el presidente norteamericano, Donald Trump, que expresó pleno apoyo a la oposición y prometió “aplastar” al presidente chavista, Nicolás Maduro.
La Cancillería venezolana, en reacción, acusó a Guaidó de vender su patria por su “vergonzosa” complicidad con el mandatario estadounidense, y tachó a Trump de “charlatán soberbio” que pretende dominar su país y el mundo entero por medio del engaño y la fuerza.
El enero de 2019, Guaidó se autoproclamó “presidente encargado de Venezuela” con el respaldo de EE.UU., pero transcurrido un año no ha logrado su objetivo de derrocar al Gobierno de Maduro.
HispanTV
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