El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se reunió el martes con funcionarios del Estado, luego del mortal ataque a las tropas turcas en la provincia siria de Idlib. En la reunión se decidió que el ataque sería respondido tantas veces como fuera posible, para que la sangre de los soldados no fuera derramada en vano.

En la reunión estaba el vicepresidente Fuat Oktay, el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu; el ministro de Defensa, Hulusi Akar; el jefe del Estado Mayor, general Yasar Guler; el jefe de inteligencia nacional, Hakan Fidan; el director de comunicaciones, Fahrettin Altun, y el presidente de Industrias de defensa, Ismail Demir.

Durante el encuentro se subrayó que ningún tipo de ataque puede disuadir a Turquía de cumplir sus compromisos en Idlib, entre ellos la prevención de cualquier tipo de conflicto, la seguridad de las fronteras y la prevención de una nueva ola de migración y tragedia humana.

Al menos cinco soldados turcos murieron y otros cinco quedaron heridos en un ataque perpetrado el lunes por las fuerzas del régimen de Bashar al Assad en Idlib.

El Ministerio de Defensa de Turquía dijo que sus fuerzas tomaron rápidamente represalias contra el régimen de Al Assad bajo las normas internacionales para entablar combate y el derecho a la legítima defensa.

En Twitter, el Ministerio de Defensa dijo que 115 objetivos del régimen sirio fueron alcanzados y 101 militares, neutralizados. El Ministerio añadió que también fueron atacados tres tanques, dos posiciones de misiles y un helicóptero.

Esto siguió al ataque de las fuerzas del régimen de la semana pasada en Idlib, en el que asesinaron a siete soldados turcos y a un contratista civil que trabajaba con el ejército turco e hirieron a más de una docena de personas. Como represalia, la semana pasada Turquía atacó más de 50 objetivos y mató a 76 soldados sirios.

Las tropas turcas están en Idlib como parte de una misión antiterrorista y de paz. Idlib ha sido un bastión de la oposición y de los grupos armados antigubernamentales desde el estallido de la guerra civil siria en 2011.

En septiembre de 2018, Turquía y Rusia acordaron convertir Idlib en una zona de desescalamiento del conflicto en la que están prohibidos expresamente los actos de agresión. Pero desde entonces, más de 1.800 civiles han muerto en los ataques del régimen y las fuerzas rusas, violando tanto el alto el fuego de 2018, como uno nuevo cese a las hostilidades que entró en vigor el 12 de enero de este año.

Más de 1,5 millones de sirios se han desplazado hacia la frontera turca debido a los intensos ataques del año pasado. Turquía sigue siendo el país con más refugiados del mundo, ya que ha acogido a más de 3,7 millones de migrantes desde el inicio de la guerra civil siria.

anadolu agencia

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