La muerte de Li Wenliang, según esta ONG, pone de relieve las deficiencias en materia de derechos humanos durante el brote del coronavirus en China.
"Es un recordatorio trágico de cómo la preocupación de las autoridades chinas por mantener la 'estabilidad' les lleva a suprimir información vital sobre asuntos de interés público", tuiteó Amnistía Internacional este 7 de febrero.
Después de varias horas de confusión y comentarios encontrados, las autoridades chinas reconocieron que Li Wenliang, oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan, falleció en la madrugada del 7 de febrero por una neumonía causada por el nuevo coronavirus.
Wenliang, de 34 años, fue entre los primeros en alertar sobre el nuevo coronavirus. A finales de diciembre pasado compartió con sus colegas en la red social WeChat la aparición de casos similares al síndrome agudo respiratorio y grave (SARS) que se confirmaron luego. Aquella advertencia, sin embargo, le valió una reprimenda policial, por difusión de "comentarios falsos".
El médico siguió trabajando hasta que contrajo el nuevo virus y permaneció en estado crítico durante los últimos días.
La Comisión Nacional de Supervisión anunció este 7 de febrero que enviará un grupo de inspectores a Wuhan para investigar a fondo los detalles del caso.
A finales de 2019, China anunció haber detectado una nueva cepa de coronavirus, catalogada como 2019-nCoV, en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei.
La enfermedad puede transmitirse de persona a persona y es contagiosa sin que haya síntomas durante la fase de incubación, de hasta 14 días.
El 2019-nCoV provocó hasta la fecha 638 defunciones, entre ellas al menos dos fuera de la China continental, e infectó a alrededor de 31.500 personas a lo largo del mundo, en su inmensa mayoría en esta nación asiática.
El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó una emergencia internacional por la propagación del nuevo coronavirus.
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