"Los violentistas están afectando seriamente el desplazamiento de muchas personas, se han quemado 63 buses del Transantiago (sistema concesionado de buses en la capital)", afirmó Domínguez.
El costo de las máquinas perdidas ascendería a 180 millones de dólares y más de 38.000 personas se habrían visto afectadas por la disminución de los recorridos de los buses, según explicó la autoridad.
"Los costos los asume cada operador (empresa concesionaria de los buses), ellos tienen seguros contratados, pero al final del día muchos seguros han subido las primas y eso lo va a terminar pagando el sistema", agregó.
A pesar de que muchos de los ataques suceden durante la noche, el subsecretario aclaró que los servicios no se van a suspender ni van a disminuir "a menos que no existan las condiciones de seguridad para usuarios y choferes".
Chile atraviesa desde octubre una crisis social con constantes manifestaciones ciudadanas para exigir un cambio en el sistema económico neoliberal, protestando contra el alto precio de los servicios básicos, pidiendo una nueva Constitución política y rechazando la gestión del presidente Sebastián Piñera.
En muchas de estas protestas se han registrado hechos de violencia y desmanes, entre ellos, incendios a buses urbanos. Sputnik
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