España y Cataluña se embarcan en un diálogo bilateral lleno de incertidumbres

  06 Febrero 2020    Leído: 509
  España y Cataluña se embarcan en un diálogo bilateral lleno de incertidumbres

El Gobierno de España pondrá en marcha en los próximos días una mesa de negociación con las autoridades autonómicas de Cataluña para buscar salidas al conflicto territorial, un proceso de diálogo bilateral que arrancará con la reunión entre los presidentes Pedro Sánchez y Quim Torra.

"Esta reunión será el paso previo a la mesa de diálogo, y debe servir para poner las reglas del juego que guiarán las negociaciones entre gobiernos", afirmó la portavoz del Gobierno de Cataluña, Meritxell Budó, en una reciente rueda de prensa sobre el encuentro que tendrá lugar en Barcelona.

La anunciada mesa de negociación entre gobiernos llegará en un momento de gran incertidumbre política, en que el nuevo Ejecutivo español da sus primeros pasos tras un año de parálisis mientras el catalán afronta sus últimos meses antes de unas nuevas elecciones.


Además, el diálogo no prosperará sin el visto bueno del presidente catalán, Quim Torra, que puso la previa reunión con Pedro Sánchez como condición a la participación de su Ejecutivo en las futuras negociaciones.

Entre las exigencias que el líder independentista llevará a su cita con Sánchez se encuentra un referéndum de independencia para Cataluña, algo que de entrada cuenta con la oposición del Ejecutivo central y promete ser el principal punto de fricción en las conversaciones.

La cita entre presidentes llega además marcada por la reciente ruptura de los partidos independentistas catalanes, que dan por finalizada su legislatura y afrontan una nueva carrera electoral para unos comicios que podrían celebrarse tan pronto como el próximo mayo.

Torra afronta a partir de ahora sus últimos meses a cargo de la Generalitat catalana, un desenlace inevitable tras la condena del Tribunal de Justicia de Cataluña por desobediencia, que le podría valer un año y medio de inhabilitación si el Tribunal Supremo la ratifica.

El presidente catalán y dirigente de la fuerza conservadora Junts per Catalunya (JxCat) aseguró haberse encontrado "en la intemperie" después de que sus socios independentistas de Esquerra Republicana (ERC) aceptaran apartarlo de su escaño en el Parlamento autonómico.


​Hasta ese momento, y pese a sus divergencias ideológicas, los dos partidos que integran la coalición independentista habían logrado mantener una unidad alimentada por la ambición de separarse de España.

Sin embargo, la fractura fue evidente cuando la Cámara presidida por ERC decidió obedecer la orden de la Junta Electoral Central (JEC) y quitar a Torra la condición de diputado tras su condena, pese a las protestas de los compañeros de Gobierno de JxCat, que reclamaban desobediencia ante los veredictos judiciales.

"Ningún Gobierno puede funcionar sin unidad o estrategia compartida", justificó Torra tras anunciar el fin de la legislatura capitaneada por los independentistas y convocar unas elecciones para los próximos meses.
Desde el Gobierno español ven con preocupación el escenario electoral en Cataluña, ya que los partidos entrarán pronto en campaña y eso podría dificultar los contactos con ERC, uno de los apoyos parlamentarios que el Partido Socialista Obrero (PSOE) de Pedro Sáchez peleó más por conseguir.


Los trece miembros de ERC en el Congreso de los Diputados fueron decisivos para la investidura de Sánchez y lo serán también para la aprobación de los presupuestos del Estado para 2020, que podrían caer sin el apoyo de los independentistas.

Fue precisamente esta formación catalana la que acordó con el PSOE la creación de una mesa para tratar la situación en Cataluña al máximo nivel, a cambio de sus abstenciones para facilitar la presidencia de Sánchez.

Las cuentas públicas son uno de los principales retos del Gobierno de coalición integrado por el PSOE y Unidas Podemos, y los republicanos ya aseguraron que no colaborarán sin avances en la mesa de negociación.

Por este motivo, desde la Moncloa reiteran estos días la vocación "inequívoca de diálogo" con la Generalitat, aunque mantienen la cautela y estiman que la compleja situación política en Cataluña no tendrá una resolución a corto plazo.

En un gesto simbólico y de concordia, Pedro Sánchez viajará hasta Barcelona para entrevistarse con su homólogo catalán en la sede de la Generalitat.

A su vez, Quim Torra recibirá a Sánchez con los máximos honores y convocará para la ocasión al Pelotón de Gala de los Mossos d'Esquadra —la policía autonómica—, que solo actúa para los actos institucionales más importantes de Cataluña, según apuntaron medios locales.

Será un encuentro que parte de la desconfianza expresada por el Ejecutivo catalán, y también de las reservas por parte del Gobierno español con respecto a la voluntad de los independentistas de abandonar la vía unilateral.


El objetivo, hecho público por ambas partes en los últimos días, es que Sánchez y Torra concreten durante esta reunión un calendario para la negociación entre gobiernos que permita activar cuanto antes el diálogo bilateral.

La situación en Cataluña lleva "demasiado tiempo" prolongándose, destacó en una rueda de prensa la ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, por lo que será "complejo" llegar a una solución antes de que se agote el mandato de Torra.

"Estamos a las antípodas de las posiciones, pero sabemos que solo a través de esta forma de diálogo y compartiendo puntos de vista es donde vamos a tener capacidad de encontrar soluciones, y con este espíritu acudirá el presidente Sánchez a la reunión", destacó la representante del Gobierno.
Desde la Generalitat no miran el tiempo, pero sí exigen garantías de cumplimiento de las conclusiones de la futura mesa, que según lo acordado deberán someterse a la votación del pueblo catalán.

"Más allá del tiempo que tardemos en resolverlo me conformaría en que haya una voluntad real de resolver el conflicto y propuestas sinceras por parte del Gobierno", sostuvo la portavoz catalana.


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