Un avión de pasajeros de la compañía Pegasus Airlines, modelo Boeing B737-800, se ha estrellado este miércoles tras salirse de la pista del aeropuerto Sabiha Gökçen cuando realizaba la maniobra de aterrizaje. El avión se deslizó durante más de 50 metros fuera de la pista y luego se precipitó por una pendiente de unos treinta metros de desnivel, lo que provocó que se partiera en tres pedazos y que la parte de la cabina quedase boca abajo. Debido al impacto se produjo un incendio en un ala -donde estos modelos transportan el combustible- que fue sofocado por los bomberos del aeropuerto. El ministro de Sanidad, Fahrettin Koca, informó de que una persona ha muerto y de que otras 157 han resultado heridas. El avión, en el que viajaban 177 pasajeros y seis tripulantes, cubría la ruta entre Esmirna, la tercera ciudad de Turquía, y Estambul.
"Según los datos de la dirección provincial de Sanidad, los heridos han sido ingresados en 18 hospitales diferentes", ha dicho, en su última actualización, el gobernador de Estambul, una ciudad en la que viven más de 14,5 millones de personas y que está sufriendo este miércoles fuertes vientos y lluvias. Al menos dos personas, el piloto -de nacionalidad turca- y el copiloto -coreano-, se encuentran graves, ya que la cabina y la parte delantera del avión fueron las que más daño sufrieron por el accidente, si bien su estado evoluciona favorablemente. El resto de heridos son de diversa consideración, la mayoría con traumas leves o pequeñas fracturas en costillas y huesos de las extremidades, según explicó el encargado de uno de los hospitales que recibió a los pasajeros del vuelo siniestrado. Los dos bebés que viajaban en el avión están también fuera de peligro. La mayor parte de los heridos son de nacionalidad turca, pero también hay varios extranjeros, de los que no se ha especificado la procedencia.
Imágenes publicadas en medios turcos mostraron el fuselaje del avión fracturado y en algunos vídeos se percibía cómo los pasajeros eran evacuados del avión, situado en una zona cercana a la autovía que pasa junto al aeropuerto. Algunos viajeros pudieron salir de la aeronave por su propio pie a través las alas del aparato. Sin embargo, los equipos de rescate continúan inspeccionando los restos del avión por si aún queda alguna persona atrapada en el fuselaje.
Aunque se desconocen las causas exactas del accidente, el Ministerio de Transporte alegó que se debió a que hizo “un aterrizaje duro”. En las conversaciones de la torre de control publicadas por los medios turcos se escucha a un controlador decir “está avanzando muy rápidamente (…) envíen a las ambulancias y a todos los equipos”. De acuerdo con los datos de la web especializada Flighradar24, el avión aún marchaba a 70 nudos (130 kilómetros por hora) cuando salió de la pista de aterrizaje. Otras causas que podrían haber contribuido al accidente según los medios turcos podrían haber sido el fuerte viento de cola y la fuerte lluvia caída en las últimas horas. Un general del aire retirado consultado por CNN-Türk, aventuró la posibilidad de que los charcos de agua formados en la pista podrían haber provocado que el aparato patinase. Un testigo presencial citado por la misma cadena aseguró haber visto al aparato sacudirse de izquierda a derecha por el viento antes de tomar tierra. En su comparecencia ante los medios, el gobernador de Estambul también atribuyó las causas del accidente a las malas condiciones meteorológicas y aseguró que podría haber sido mucho peor de no haber intervenido rápidamente los servicios de emergencia para evitar que el aparato se incendiase.
Tras el accidente, todos los vuelos se han redirigido al Aeropuerto Internacional de Estambul y a los de provincias vecinas, según han informado las emisoras turcas. El Aeropuerto Internacional Sabiha Gökçen es uno de los tres con los que cuenta la ciudad de Estambul, si bien el antiguo aeródromo de Atatürk ya sólo recibe visitas oficiales y vuelos de carga, tras ser sustituido el año pasado por el nuevo Aeropuerto de Estambul, uno de los mayores de Europa. Sabiha Gökçen, que se halla en la parte asiática de la ciudad, concentra vuelos nacionales y aerolíneas de bajo o medio coste.
No es el primer incidente de este tipo que afecta a la compañía turca. El pasado 7 de enero, un aparato igual, procedente de la ciudad emiratí de Sharjah, se salió de la pista del Sabiha Gökçen y sus pasajeros hubieron de salir a través del "slide" (tobogán hinchable para casos de emergencia). El tráfico aéreo hubo de ser suspendido durante seis horas lo que provocó una gran congestión en el aeropuerto. Hace dos años, otro Boeing 737-800 de Pegasus, se salió de la pista del aeropuerto de Trabzon (norte de Turquía) durante un aterrizaje con malas condiciones meteorológicas. El aparato se despeñó por un terroso acantilado y quedó embarrancado a pocos metros del mar.
elpais
Etiquetas: