Unos antidisturbios entran en una iglesia de Toulouse tras una protesta de chalecos amarillos

  04 Febrero 2020    Leído: 953
Unos antidisturbios entran en una iglesia de Toulouse tras una protesta de chalecos amarillos

La jerarquía católica ha tenido que recordar al Ministerio del Interior y las fuerzas de orden público que los templos «son lugares de paz y de asilo»

La violencia semanal de «baja densidad» ha terminado entrando en una iglesia, en Toulouse, obligando a la jerarquía católica a recordar al ministerio del Interior y las fuerzas de orden público que «las iglesias son lugares de paz y de asilo».

Violencia de «baja densidad» pero muy prolongada en el tiempo, a «geometría variable» siempre más inquietante.

Un fin de semana, sindicalistas radicales hostiles a la reforma de las pensiones, acompañados de chalecos amarillos de tendencia nihilista, organizan una procesión nocturna, con antorchas y picas «revolucionarias»… con la cabeza de plástico del presidente Macron clavada en todas las picas, a la manera «revolucionaria» de 1789 / 93.

Otro fin de semana, un grupo de chalecos amarillos organiza la «ejecución» del presidente Macron, utilizando un pelele con una máscara de Luis XVI, «culpable» de ser el «monarca» a quien el «pueblo» debe «derrocar».

Oficialmente, la crisis de la franquicia de los chalecos amarillos, de extrema izquierda y extrema derecha, terminó a primeros del verano pasado. Sin embargo, semana tras semana, desde hace sesenta y dos semanas, pequeños y menos pequeños cortejos de chalecos amarillos, siempre, continúan manifestando por toda Francia. Con un éxito numérico sencillamente irrisorio, pero con una presencia simbólica excepcional.


Oficialmente, la crisis de la contestación sindical contra el proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones, terminó hace dos semanas. Sin embargo, es una evidencia que grupúsculos muy minoritarios siguen montando «acciones» de protesta altamente simbólicas. Muchos barrios de París, por ejemplo, hace días que son víctimas de una huelga de recogida de basuras, de un efecto devastador.

Refugio en una iglesia
En esa estela de violencias de «baja densidad», el sábado pasado, en Toulouse, los enfrentamientos entre chalecos amarillos y los CRS (anti disturbios, Compañías Republicanas de Seguridad) volvieron a tener un cierto dramatismo. Y un grupo de «amarillos» tuvo la idea de buscar refugio en la iglesia de Notre-Dame du Tour, relativamente céntrica.

Un grupo de CRS decidió entrar en la iglesia, con sus cascos, «matracas», porras y gases lacrimógenos, para sacar del recinto sacro a los «amarillos» que había creído poder escapar a las fuerzas del orden.

Las escenas de la entrada y salida de los CRS en la iglesia fueron filmadas por teléfonos portátiles, provocando un escándalo considerable.

Monseñor Robert Le Gall, arzobispo de Toulouse, intervino con rapidez, recordando un principio básico: «Las iglesias son lugares de paz y de asilo». Por parte de la jerarquía eclesiástica se intenta evitar la agravación de la crisis. La prefectura de Toulouse, por su parte, respondió de manera esquiva. Oficialmente, los CRS entraron en la iglesia, armados, «por inadvertencia».

Francia vive un clima de tensión «ansiógena» y angustia social apenas larvada, muy propicia a las tensiones callejeras recurrentes.

abc.es


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