“Defender Europe no está dirigido contra ningún país en particular [...] Este ejercicio demuestra la capacidad de mover rápidamente una gran fuerza de Estados Unidos a Europa para proteger a otros aliados de la OTAN si fuera necesario”, ha afirmado este lunes Jens Stoltenberg, jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En plena crisis entre el Occidente y Rusia, Estados Unidos ha desplegado mayor número de soldados en varios países bálticos, como Polonia, Estonia, Letonia y Lituania, posiblemente porque el pasado jueves el Ejército de EE.UU. comenzó los preparativos para una maniobra masiva del ejército de la OTAN, de nombre Defender Europe 2020.
En otra parte de sus declaraciones, Stoltenberg ha explicado que unos 37 000 soldados de 18 países participarán en las maniobras Defender Europe 2020, “el mayor despliegue de tropas estadounidenses en Europa en más de 25 años”, lo que, en su opinión, “muestra el fuerte compromiso de Estados Unidos con la OTAN y con la libertad y seguridad de Europa”.
Este ejercicio, destinado a movilizar despliegues a gran escala con 20 mil soldados del Ejército de la OTAN y hasta 17 mil fuerzas aliadas de EE.UU., tendrá lugar en mayo y junio, principalmente en Alemania, Polonia y los países bálticos; y se produce en medio de dudas sobre si Estados Unidos todavía está preparado para defender Europa.
Mientras los medios norteamericanos y el público se centran en Irán, el Ejército de EE.UU. se está preparando para la guerra con Rusia, según revela un informe.
Rusia, en respuesta, ha denunciado que el despliegue masivo de solados de EE.UU. y de sus aliados occidentales y las actividades cerca de sus fronteras, incluidas las marítimas, son una amenaza directa e inadmisible a su seguridad nacional y, por tanto, responderá de manera contundente.
De hecho, el jefe del Centro de Estudios políticos y militares de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladímir Batiuk, advirtió que la creación de la infraestructura para un despliegue rápido de tropas de la OTAN cerca de las fronteras rusas plantea una amenaza potencial a la seguridad de su país.
Como reacción a las muestras de intranquilidad de Rusia, el jefe de la Alianza Atlántica ha argumentado que el país euroasiático “tiene todo el derecho de sentirse seguro dentro de sus fronteras”, pero también lo tienen los Estados miembros de la OTAN, y precisa que EE.UU., según viene siendo una práctica habitual, había informado a Rusia y a los demás miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sobre el ejercicio.
La anexión de la península de Crimea por parte de Rusia en 2014 alimentó los temores de ciertos miembros de la OTAN. Desde entonces esta alianza ha fortalecido significativamente su presencia en Europa del Este y creado la capacidad para un despliegue rápido de tropas en caso de conflicto.
La OTAN, encabezada por EE.UU., pretexta la “amenaza rusa” para desplegar fuerzas militares y enviar vehículos de combate a los países bálticos, fronterizos con Rusia. Moscú considera que dichas actividades son una provocación directa contra su soberanía y advierte que amenazan la seguridad de la región y del mundo.
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