El plan que Trump propone a los palestinos contempla dotarles de un estado desmilitarizado con un territorio más pequeño que el que marcaban las fronteras tras la guerra de 1967. Perdiendo en particular el Valle del Jordán y teniendo que alojar dentro de su demarcación 15 asentamientos judíos. Los palestinos tendrán además que aceptar que Jerusalén sea la capital «indivisible» de Israel. A cambio, se beneficiarán de importantes inversiones para su desarrollo económico.
El proyecto de Washington, aunque no gusta en Moscú, no ha sido todavía rechazado por Putin. «Lo estamos analizando», aclaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien ya había anunciado antes que «Rusia está preparada para continuar llevando a cabo todos los esfuerzos necesarios, a hacer todo lo posible a fin de alcanzar una paz viable en Oriente Próximo».
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, por su parte, aseguró que Moscú «mantendrá una coordinación estrecha» con israelíes y palestinos para llevar los esfuerzos de paz a buen término. Pero el titular de Exteriores, Serguéi Lavrov, ya advirtió esta semana que la propuesta de Trump «difiere totalmente de lo que la comunidad internacional ha establecido como los pilares indispensables para resolver el conflicto».
Cuarteto de Paz
Lavrov se refirió en particular a las numerosas resoluciones al respecto del Consejo de Seguridad de la ONU y a las iniciativas de paz surgidas en las últimas décadas. A su juicio, hace falta además recuperar el papel del Cuarteto de Paz para Oriente Próximo de Madrid (Rusia, EEUU, la UE y la ONU), cuyos miembros deben «analizar» la propuesta de Trump.
Esta nueva visita de Benjamin Netanyahu a Rusia, que hace unos días recibió a Putin en Israel y cuyos encuentros son casi mensuales, tiene lugar en el contexto de las elecciones que tendrán lugar en Israel el próximo 2 de marzo. Será el tercer intento del primer ministro israelí de obtener una mayoría que le permita formar Gobierno.
A este respecto, el jefe del Kremlin le ha hecho a su socio el regalo de indultar a Naama Issachar, la joven israelí condenada el año pasado en Rusia a siete años y medio de prisión por posesión y contrabando de drogas. Ella, que abandonó la cárcel hoy mismo por la mañana, voló a Israel en el avión junto con Netanyahu. A bordo viajaban también la madre de Issachar y la esposa del jefe del Gobierno de Israel.
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