Tras meses de litigios, los especialistas alemanes decidieron renunciar a sus esfuerzos de instalar un sistema de reconocimiento propio en los drones MQ-4C Triton de la estadounidense Northrop Grumman. Se trata del así llamado Persistente Sistema de Vigilancia Aerotransportado Aleman (PEGASUS). En su lugar, los nuevos sensores serán fijados en los Global 6000 de la canadiense Bombardier.
Un portavoz del Ministerio alemán, citado por Defense News, afirmó que la primera opción, aprobada por el Departamento de Estado de EEUU, había sido estimada en 2.500 millones de dólares. No obstante, para abril de 2018, el proyecto se había vuelto "significativamente más caro" en comparación con el presupuesto planteado inicialmente.
Por si fuera poco, el MQ-4C Triton no podría cumplir con los estándares de seguridad necesarios para volar por el espacio aéreo europeo para el 2025, una fecha límite para que Berlín compla sus obligaciones ante la OTAN. Y es que la nave no tripulada estadounidense le traería problemas a la hora de cumplir con las directrices de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, que establece reglas especiales para la navegación de este tipo de aparatos.
El optar por los Global 6000 canadienses pilotados, al contrario, le brinda a las fuerzas germanas la oportunidad de operar junto con el tráfico aéreo convencional.
Alemania ya se había enfrentado con un problema similar previamente. Durante su proyecto Euro Hawk tenía la intención de adquirir cinco derivados del RQ-4 Global Hawk, pero finalmente se descartó en mayo de 2013 debido a problemas similares con los costes y el proceso de certificación para poder operar en el espacio aéreo europeo.
sputnik
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