El año fiscal 2020, que comenzó el 1 de octubre pasado, tendría un déficit presupuestario de alrededor de 1,02 billones de dólares. Esto se debe a que el Gobierno estadounidense continúa gastando más de lo que recibe a pesar del crecimiento constante de su economía.
Esta sería la primera vez que alcance la cifra de un billón de dólares desde 2012, cuando el país todavía estaba tomando medidas de estímulo para ayudar a recuperarse de la crisis de 2008.
A pesar de que los especialistas esperan que el producto interno bruto crezca un 2,2% en el 2020, no será suficiente para cubrir el déficit, ya que es una cifra inferior a la establecida como objetivo por el presidente de EEUU, Donald Trump.
Las perspectivas a futuro son aún peor: se espera que para la próxima década el déficit alcance los increíbles 31 billones de dólares, si aumentan los préstamos de manera drástica, como estima la Oficina de Presupuesto.
Sin embargo, estos aumentos de préstamos son inusuales en este momento porque el sólido crecimiento económico posibilita la reducción de la deuda.
"Eso es un triste reflejo de la mala salud fiscal de nuestra nación y es un agravio más para la herida de acumular toda esta deuda en una economía en crecimiento", señaló Michael A. Peterson, director ejecutivo de la Fundación Peter G. Peterson, que tiene como objetivo abogar por la reducción del déficit.
El déficit ha aumentado bajo la Administración Trump, quien como candidato prometió eliminar la deuda en ocho años. Sin embargo, la deuda no solo no ha sido eliminada, sino que ha aumentado tras solo cuatro años.
El presidente culpó recientemente a la Reserva Federal por los costos de los préstamos que, de acuerdo con el mandatario, impedían pagar la deuda, a pesar de las tasas de interés históricamente bajas.
El paquete de gasto aprobado por el Congreso el 2019 empeoró la perspectiva del déficit, ya que se espera que sume más de 500.000 millones de dólares a la deuda en el transcurso de una década. Además, el paquete de reducción de impuestos de 2017 también generó presión al presupuesto.
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