"Esta actitud de diálogo no se ha roto ni tan solo por el hecho de que alguno de nosotros estemos en la prisión", dijo Junqueras, que este 28 de enero salió de la cárcel para comparecer ante una comisión parlamentaria sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permitió al Gobierno de España tomar control de las instituciones catalanas tras el referéndum unilateral de octubre de 2017.
Oriol Junqueras, vicepresidente del Gobierno que convocó el referéndum, cumple actualmente una condena de 13 años de prisión e inhabilitación absoluta tras ser encontrado culpable de delitos de sedición y malversación por el Tribunal Supremo.
Pese a su encarcelamiento, Junqueras sigue siendo una figura prominente de la política catalana como líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), uno de los dos partidos que componen el actual Gobierno autonómico de corte independentista.
En su comparecencia ante la Cámara, Junqueras bendijo los acuerdos alcanzados por su partido con el líder socialista Pedro Sánchez para conformar una mesa de diálogo bilateral entre el Gobierno de España y el Gobierno de Cataluña.
"Nosotros ofrecemos diálogo a todo el mundo y estamos encantados de poder hablar con todo el mundo", señaló.
En ese foro, según el acuerdo alcanzado por ambas partes, el independentismo podrá plantear sus propuestas sin ningún tipo de cortapisas, lo que les permitirá sentar al presidente del Gobierno español en una mesa en la que se debatirá sobre el derecho al ejercicio de la autodeterminación, aunque éste ya avanzó que no está dispuesto a aceptarlo.
De esa mesa se espera que salga una propuesta política para la resolución del conflicto que obligatoriamente será sometida a votación ante la ciudadanía de Cataluña.
Junqueras afirmó este 28 de enero que el independentismo debe utilizar esa mesa para buscar la celebración de un referéndum de autodeterminación al que los soberanistas siguen sin renunciar, ya sea de forma pactada o unilateral.
"Volveremos a ejercer nuestro derecho a un referéndum de autodeterminación. Muchos se han hecho sin el consentimiento del Estado", apuntó.
Pese a mostrar su apoyo a la composición de esa mesa, Junqueras dijo tener motivos para ser "escéptico" sobre la voluntad de diálogo de los socialistas españoles.
A lo largo de su comparecencia, Junqueras se refirió en varias ocasiones a su situación personal, llegando a asegurar que su encarcelamiento —junto al de otros ocho líderes independentistas— sirvió para "abrir los ojos" a la población catalana sobre lo que él define como "represión" por parte del Estado español.
"Tristemente era necesario que pasaran muchas de las cosas que pasaron en términos de represión para que la gente abriera los ojos y se diese cuenta de que no era una mera posibilidad o un recuerdo del pasado, sino una realidad que podía volver a ocurrir", afirmó.
De hecho, Junqueras se refirió a su propia privación de libertad como una forma de visualizar esa presunta deficiencia democrática de España.
"Si estar a la prisión es el precio que se tiene que pagar para que se visualice, se paga", añadió.
El exvicepresidente catalán terminó su intervención lamentando que en pocas horas volverá a ser trasladado a prisión, pero subrayó que "en la prisión encontramos a gente mucho más honrada que los poderosos que nos condenan cada día".
Tras la intervención de Junqueras también tomarán la palabra:
Raül Romeva,
Dolors Bassa,
Josep Rull,
Jordi Turull,
Joaquim Forn,
todos ellos exconsejeros del Gobierno catalán que convocó el referéndum de 2017.
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