El monumento de 8,5 metros de altura honra a los soviéticos muertos durante el asedio nazi, cuyo número se estima entre 600.000 y 1,5 millones, quienes resistieron el avance de las tropas alemanas durante 900 días, entre septiembre de 1941 y enero de 1944.
El monumento se halla en el céntrico parque Saquer, situado a pocos metros de la Knéset.
El alcalde de Jerusalén, Moshe Leon, agradeció en ruso la decisiva contribución de los soviéticos a la victoria final en la Segunda Guerra Mundial.
En el acto también recordaron el sitio de Leningrado el presidente de Israel, Reuven Rivlin, Netanyahu y Putin. Una nutrida representación de veteranos del ejército rojo participó en la ceremonia.
Putin se encuentra en Jerusalén para asistir a los actos del Foro Mundial del Holocausto que se celebran este 23 de enero.
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