La gestión de las emociones en la política italiana es ya tan definitoria que el líder de la Liga, Matteo Salvini, culminó ayer su estrategia electoral más retorcida hasta la fecha. El exministro del Interior, investigado por secuestro de personas al no dejar desembarcar a 131 inmigrantes que llegaron a bordo de una nave militar italiana el pasado julio, ha decidido renunciar a su inmunidad para ser procesado. Es más, pidió a sus representantes en la comisión instructora que trataba el caso que votasen a favor de mandarle a juicio. El líder de la Liga considera que la publicidad que le brindará un proceso que difícilmente hubiera podido evitar, así como la idea de devolver al centro del debate público la cuestión del tema migratorio —algo diluida desde que dejó el Gobierno— le beneficiará en las próximas elecciones regionales: especialmente en las que se disputarán el próximo domingo en Emilia Romaña y que decidirán parte del destino del Ejecutivo en Roma.
Los diputados de la mayoría de Gobierno —Partido Democrático (PD) y Movimiento 5 Estrellas (M5S)— se ausentaron de la sala en protesta por una votación que consideran debería tomarse después de las elecciones del domingo para no interferir en el ánimo de los electores. Forza Italia (FI) y Hermanos de Italia (HI), aliados de Salvini en la coalición de centroderecha, votaron en contra de que fuera procesado por coherencia con su opinión sobre la decisión que se tomó en julio de 2019. Los parlamentarios de la Liga, tal y como había ordenado su líder el día antes, lo hicieron en sentido positivo para que pueda sentarse en el banquillo. El resultado final fue un empate que, según el reglamento, obliga a pasar al siguiente trámite parlamentario para confirmar el levantamiento de la inmunidad. El plan se cumplió a la perfección.
La luz verde para el juicio definitivo deberá esperar todavía a la votación final en sede parlamentaria a mediados de febrero. Pero el exministro del Interior sabe que el mero debate que generará hasta entonces, el manido relato político, le pertenece de nuevo y aumentará la polarización: un escenario que siempre le favorece. Ayer, de momento, ya anunció que el martes ayunaría en señal de protesta y pidió a sus seguidores que se registren en una web y también lo hagan. En caso de llegar a juicio, creen en la Liga, lograrán llevar la delantera y convertirlo en una defensa de la bondad de sus políticas xenófobas: todo lo contrario que pretendía la Fiscalía. “Que me manden a juicio. Así decidimos de una vez por todas”, lanzó Salvini el domingo por la tarde pidiendo a sus senadores que apoyasen retirarle la inmunidad en lo que iba a ser una insólita votación nunca vista. “Si quieren llevarme a juicio, que preparen una sala bien grande porque detrás vendrán millones de italianos”.
Victoria histórica
Salvini ha intentado a toda costa que la decisión se tomase durante la campaña para las elecciones de Emilia Romaña, una cita electoral que se presume ajustadísima, según todos los sondeos, y donde la Liga podría obtener una victoria histórica que le permitiría deslegitimar al Ejecutivo formado por el PD y M5S y pedir comicios anticipados. Por ello, ambos partidos votaron a favor del aplazamiento de la decisión tratando de evitar que contaminase la carrera electoral. La presidenta del Senado, Maria Elisabetta Caselatti (FI), sin embargo, decidió con un extraño voto de calidad que debía llevarse a cabo, abriendo la veda para el esperpento vivido ayer y en el que solo estuvo presente en la Junta donde se decidía la cuestión la oposición. PD, M5S e Italia Viva se ausentaron como protesta (una estrategia muy cuestionada en el seno de dichos partidos), los socios de Salvini (Forza Italia y Hermanos de Italia) votaron contra la retirada de la inmunidad.
Las posibilidades de que Salvini termine procesado son elevadas en cuanto el trámite pase a sede parlamentaria. Pero más allá de la decisión final, la situación ha puesto al descubierto la fragilidad de los argumentos que usan unos y otros para defender la cuestión migratoria.
En un caso idéntico, el de la nave Diciotti [sucedido en agosto de 2018 con un barco de la Guardia Costera que transportaba 150 migrantes], el M5S votó a favor de mantener la inmunidad a Salvini. Eran tiempos en los que ambas formaciones gobernaban juntas y mantenían una buena relación. Ahora, en cambio, los grillinos piden que el líder de la Liga sea procesado alegando que cuando tomó la decisión de bloquear la nave Gregoretti eran los últimos días del Ejecutivo que formaban conjuntamente y ya no existía la comunicación entre el palacio Chigi y el Ministerio del Interior.
La situación ahora requiere un nuevo salto mortal. Un representante de los senadores de la Liga, que han votado que Salvini debe ser procesado, deberá acudir al Senado y exponer los motivos de la decisión tomada. El efecto buscado, sin embargo, empezará a notarse a partir de mañana.
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