El 47 por ciento de los milenials consideran que es «sumamente probable» que se desate una tercera guerra mundial en el transcurso de su vida, según una encuesta elaborada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
La encuesta se ha realizado a 16.000 milenials de 16 países, de los cuales, aproximadamente, la mitad están en paz y la otra en conflicto. El trabajo también ha revelado, no obstante, que el 74 por ciento de los encuestados consideran que las guerras son evitables y que un 75 por ciento opina que deben imponerse límites a la manera en que estas se libran.
«Si los milenials están en lo cierto al pensar que estallará una tercera guerra mundial, el sufrimiento será enorme», ha señalado el presidente del CICR, Peter Maurer, que ha valorado que el presagio de este grupo de edad «puede reflejar un aumento en la polarización y la retórica deshumanizante».
No es el único dato destacable del estudio, puesto que también se ha ocupado de asuntos como las armas nucleares, la tortura o el futuro de los combates.
Ataque nuclear
En cuanto a las armas nucleares, un 84 por ciento de los participantes en el estudio considera que el empleo de las mismas no es aceptable en ninguna circunstancia, aunque el 54 por ciento piensa que existen altas probabilidades de que se produzca un ataque nuclear en los próximos diez años.
En este sentido, cuatro de cada cinco encuestados afirman que la existencia de las armas nucleares representa una amenaza para la humanidad y el 64 por ciento cree que los estados que las poseen deberían eliminarlas.
Por otra parte, las respuestas han puesto de relieve que la experiencia de una guerra engendra odio hacia la misma. Así, en Siria, el 98 por ciento señala que el empleo de armas nucleares no es aceptable en ninguna circunstancia; el 96 por ciento indicó lo mismo sobre las armas químicas; otro 96 por ciento igual al respecto de las armas biológicas; y, por último, un 85 por ciento opina que se debe permitir a los combatientes del enemigo capturados establecer contacto con sus familiares.
«Cuando ves a tus amigos y familiares sufrir los horrores de la guerra, no quieres saber nada de las armas de la guerra. Las respuestas que dieron los milenials en Siria, Ucrania y Afganistán confirman un hecho evidente para nosotros: la experiencia de la guerra provoca odio hacia la guerra», ha explicado Maurer.
Además, las personas que viven en países de conflicto tienden más a pensar que, en el futuro, las guerras disminuirán o desaparecerán. Así lo declara el 46 por ciento, mientras que los encuestados de países de paz opinan lo contrario en un 30 por ciento.
Drones y robots autónomos
En referencia a cómo se desarrollarán las guerras en el futuro, un 36 por ciento de los encuestados considera que los drones y los robots autónomos, es decir, no controlados por seres humanos, provocarán un aumento en el número de víctimas civiles en las guerras y los conflictos armados.
Asimismo, el 32 por ciento asegura que lo que provocarán es una disminución en las víctimas civiles y el 24 por ciento que este número no cambiará en nada.
En este contexto, un 78 por ciento de los encuestados opina que los combatientes deben evitar las víctimas civiles tanto como sea posible. Este porcentaje fue más alto en los países de paz que en los de conflicto, un 83 por ciento frente a un 73.
Por último, la encuesta desvela tendencias preocupantes que, a juicio del CICR, indican una falta de respeto por los valores humanos esenciales consagrados en el Derecho Internacional.
De este modo, el 37 por ciento de los participantes en el estudio asegura que la tortura es aceptable en determinadas circunstancias, incluso después de haber recibido una explicación sobre la convención de Naciones Unidas que prohíbe esta práctica. Por su parte, el 15 por ciento afirma que los combatientes deben hacer todo lo que puedan para ganar, más allá de las víctimas civiles que se produzcan.
abc
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